{"id":22708,"date":"2023-10-31T06:10:45","date_gmt":"2023-10-31T06:10:45","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/octubre-2023-salud-mental-adolescentes-y-jovenes-2\/"},"modified":"2025-01-07T12:02:54","modified_gmt":"2025-01-07T12:02:54","slug":"noviembre-2023-salud-mental-adolescentes-y-jovenes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/noviembre-2023-salud-mental-adolescentes-y-jovenes\/","title":{"rendered":"Misi\u00f3n Joven | Noviembre 2023: SALUD MENTAL adolescentes y j\u00f3venes"},"content":{"rendered":"
[et_pb_section fb_built=\u00bb1″ _builder_version=\u00bb4.16″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][et_pb_row _builder_version=\u00bb4.16″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][et_pb_column type=\u00bb4_4″ _builder_version=\u00bb4.16″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][et_pb_text _builder_version=\u00bb4.23″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb header_text_align=\u00bbjustify\u00bb text_orientation=\u00bbjustified\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb]<\/p>\n
La realidad en la que muchos adolescentes y j\u00f3venes se sienten arrojados es como un descampado.\u00a0<\/i>Es el descampado de la debilidad, de la violencia, de la supervivencia, de la necesidad\u00a0<\/i>de protecci\u00f3n de la tribu, del tener como los dem\u00e1s para ser respetado, de la falta de perspectivas,\u00a0<\/i>de vivir al d\u00eda porque eso es lo que hay. No saben describir ni poner nombre a ese\u00a0<\/i>desierto, pero sienten el frio del desafecto, los golpes del abandono, del desamparo y la exclusi\u00f3n.<\/i><\/p>\n
Muchos quieren sentirse duros, aparentan fortaleza, verbalizan agresivamente su indefensi\u00f3n\u00a0<\/i>y esconden atemorizados su fragilidad.\u00a0<\/i>Muchos de nosotros tenemos experiencia de encuentros con j\u00f3venes machacados por mil\u00a0<\/i>circunstancias. Sabemos de la intemperie en la que viven y de su falta de abrigo. No son m\u00e1s\u00a0<\/i>que v\u00edctimas de una realidad social empe\u00f1ada en alcanzar el bienestar de los menos cuando\u00a0<\/i>los m\u00e1s pelean por llegar indemnes a fin de mes. Y mientras, unos y otros ahogan las penas\u00a0<\/i>en el para\u00edso virtual de vidas ajenas aireadas de forma obscena en los prost\u00edbulos de lo leg\u00edtimamente\u00a0<\/i>(in)correcto.<\/i><\/p>\n
Y en este descampado surgen, hoy como ayer, nuevas y antiguas pobrezas. En nuestra sociedad\u00a0<\/i>occidental, bien estante, plural, democr\u00e1tica y libre, las pobrezas de siempre y las disfrazadas\u00a0<\/i>con otros nombres tienen carta de ciudadan\u00eda entre nosotros. Y esto por m\u00e1s que en los c\u00edrculos\u00a0<\/i>de poder se ponga tanto el acento en el orgullo patrio de ser la cuarta econom\u00eda del euro\u00a0<\/i>(si bien la crisis econ\u00f3mica en ciernes parece empe\u00f1ada en apearnos de ese fatuo pedestal).<\/i><\/p>\n
Una mirada a la realidad juvenil nos descubre un mundo invisible para muchos pero tan real\u00a0<\/i>como la crisis post-pand\u00e9mica que padecemos. No podemos dejar de sentirnos interpelados <\/i>por la situaci\u00f3n de muchos ni\u00f1os afectivamente abandonados; adolescentes y j\u00f3venes desorientados\u00a0<\/i>y dejados a su suerte por la inestabilidad de las familias. \u00c9stas en no pocas ocasiones\u00a0<\/i>aplastadas por situaciones econ\u00f3micas graves y con parados de larga duraci\u00f3n dentro\u00a0<\/i>de ellas. No podemos ignorar la situaci\u00f3n de vulnerabilidad de los menores inmigrantes\u00a0<\/i>no acompa\u00f1ados o el desamparo de aquellos a los que el estado dejar de proteger al cumplir\u00a0<\/i>dieciocho a\u00f1os sin tener encauzada su vida. Nos interpelan las esperanzas de los ni\u00f1os y j\u00f3venes\u00a0<\/i>cultural y espiritualmente pobres, de aquellos que han perdido sentido para sus vidas o se\u00a0<\/i>encuentran atrapados en la mara\u00f1a consumista. No nos deja indiferente la realidad de aquellos\u00a0<\/i>a los que la sociolog\u00eda llama \u201cinadaptados sociales\u201d y se pasean por el filo de la navaja de\u00a0<\/i>la violencia, la exclusi\u00f3n social, el consumo de estupefacientes, la ludopat\u00eda o cualquier otro\u00a0<\/i>tipo de dependencia psicol\u00f3gica.<\/i><\/p>\n
Todos est\u00e1n en descampado. Todos son carne de ca\u00f1\u00f3n para estad\u00edsticas peri\u00f3dicas que\u00a0<\/i>auscultan la realidad y que no pasan de ser un instant\u00e1neo aldabonazo en la conciencia de\u00a0<\/i>una sociedad aletargada. Es, para los m\u00e1s, la manifestaci\u00f3n de un malestar, de un dolor de tripa,\u00a0<\/i>de un peque\u00f1o resfriado que se pasar\u00e1 apenas llegue el siguiente partido de Champions.\u00a0<\/i>La salud mental ha comenzado a estar m\u00e1s presente en el debate social, alarmados por las\u00a0<\/i>complejas situaciones que emergen en el v\u00e9rtice del iceberg en forma de diferentes trastornos\u00a0<\/i>y el creciente n\u00famero de suicidios adolescentes. Tras la crisis pand\u00e9mica, muchas de estas\u00a0<\/i>situaciones de vulnerabilidad, desconcierto, abandono y sin sentido se han acrecentado entre\u00a0<\/i>chicos y chicas de diferentes contextos, no siempre vinculados a situaciones de marginalidad\u00a0<\/i>social; si bien en situaciones de mayor degradaci\u00f3n social se hacen particularmente sangrantes.<\/i><\/p>\n
Hemos querido prestar atenci\u00f3n en <\/i>MISI\u00d3N JOVEN <\/i>a esta realidad de la salud mental de nuestros\u00a0<\/i>ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes, buscando alternativas educativo-pastorales que acompa\u00f1en\u00a0<\/i>y busquen caminos de sanaci\u00f3n. Proponemos tres estudios desde distintas perspectivas:<\/i><\/p>\n J\u00f3venes, salud mental y suicidio. Apuntes para una fotograf\u00eda. Jota Llorente<\/strong><\/i><\/p>\n<\/li>\n Los sacramentos de curaci\u00f3n. Ser b\u00e1lsamo para tantas heridas. Fernando Mill\u00e1n\u00a0<\/strong><\/i><\/p>\n<\/li>\n \u00a0<\/i>Perspectivas educativas para la prevenci\u00f3n de trastornos adolescentes. Ante la vulnerabilidad\u00a0<\/i>de los j\u00f3venes: falta de resiliencia y fragilidad psicol\u00f3gica. Miguel \u00c1ngel Olivares<\/strong><\/i><\/p>\n<\/li>\n<\/ul>\n No podemos anestesiarnos ante esta realidad tozuda y provocadora. En la Iglesia nos sentimos\u00a0<\/i>llamados a hacernos presente en estos lugares de mayor degradaci\u00f3n y necesidad desde\u00a0<\/i>el punto de vista econ\u00f3mico, cultural, psicosocial y religioso. Nuestra acci\u00f3n pastoral debe\u00a0<\/i>alcanzar continuamente nuevas fronteras para atender a los \u00faltimos, a los m\u00e1s vulnerables,\u00a0<\/i>a los que no importan a nadie. Se trata de ver, escuchar, comprender la realidad social, saber\u00a0<\/i>interpretarla y ponernos manos a la obra. Hemos de hacer nuestra la mirada del Maestro:\u00a0<\/i>\u201cSinti\u00f3 compasi\u00f3n de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor\u201d (Mc 6, 34). Una mirada\u00a0<\/i>solidaria y una acci\u00f3n transformadora que podr\u00e1n impulsar una realidad nueva con m\u00e1s oportunidades\u00a0<\/i>para todos.<\/i><\/p>\n\n