{"id":2747,"date":"2009-12-01T17:52:57","date_gmt":"2009-12-01T15:52:57","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=2747"},"modified":"2009-12-01T17:52:57","modified_gmt":"2009-12-01T15:52:57","slug":"cuento-de-navidad-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/cuento-de-navidad-2\/","title":{"rendered":"Cuento de Navidad"},"content":{"rendered":"
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La llamada del jefe del personal le aceler\u00f3 los pulsos y le produjo un vac\u00edo de angustia en la boca del est\u00f3mago. Se sab\u00eda en riesgo por la edad desde que comenzaron los rumores de despidos, pero confiaba en que al menos no habr\u00eda novedades antes de las fiestas. Subi\u00f3 con un temblor en las piernas y un rato despu\u00e9s baj\u00f3 con la expresi\u00f3n perdida y un finiquito firmado. Le soltaron el breve y fr\u00edo discurso de rutina, la bajada de ventas, la falta de cr\u00e9ditos, la p\u00e9rdida de clientes, y por un momento pens\u00f3 en resistir, pero ya se sent\u00eda mayor para ciertos desaf\u00edos; simplemente quer\u00edan gente m\u00e1s joven y m\u00e1s barata<\/strong>. Firm\u00f3, y al recoger sus cosas not\u00f3 en la desganada despedida de sus compa\u00f1eros el alivio inconfesable e incierto de los que escapan del comienzo de una cat\u00e1strofe.<\/p>\n<\/div>\n

Decidi\u00f3 no decir nada en casa hasta que pasaran las Navidades<\/strong>. Durante unos d\u00edas sali\u00f3 y regres\u00f3 a la hora de siempre; desayunaba despacio en los bares mientras buscaba en vano ofertas de empleo en los peri\u00f3dicos, yaprovech\u00f3 para resolver el papeleo del paro en una oficina atestada<\/strong>. Deambulaba cavilando sobre el vac\u00edo vital que le esperaba al otro lado de las fiestas cuando le llamaron de la parroquia al m\u00f3vil para recordarle su compromiso de ayudar en la cena ben\u00e9fica del d\u00eda 24<\/strong>. No encontr\u00f3 ninguna raz\u00f3n para negarse; a\u00fan no quer\u00eda reconocerse a s\u00ed mismo s\u00edntomas de depresi\u00f3n.<\/p>\n

As\u00ed que en Nochebuena acompa\u00f1\u00f3 temprano a su mujer y a los ni\u00f1os a casa de sus padres, tom\u00f3 con ellos el aperitivo y se fue al comedor social a echar una mano<\/strong>. Lo encontr\u00f3 m\u00e1s lleno que otros a\u00f1os y le llam\u00f3 la atenci\u00f3n que junto a los inmigrantes y los sin techo habituales hab\u00eda bastantes hombres y mujeres que no conoc\u00eda<\/strong>; iban decorosamente vestidos y com\u00edan en silencio sin levantar la vista. Se fij\u00f3 en uno canoso y maduro que manten\u00eda un visible porte de dignidad vencida y al servirle la mesa cruz\u00f3 con \u00e9l el rel\u00e1mpago solidario de una mirada. En los ojos vidriosos que le devolvieron un gui\u00f1o not\u00f3 la huella de quien ha hecho del alcohol un compa\u00f1ero de viaje<\/strong>.<\/p>\n

El coro juvenil cant\u00f3 unos villancicos que sonaron glaciales <\/strong>en medio de aquel ambiente un poco s\u00f3rdido, y el tipo de los ojos v\u00edtreos levant\u00f3 un vaso al dirigirle algo parecido a una sonrisa. Al acabar la cena se las apa\u00f1\u00f3 para distraer una botella de cava barato que hab\u00eda donado un restaurante del barrio. Encontr\u00f3 al hombre en la calle con las solapas del abrigo subidas y una petaca en la mano<\/strong>; el cava le ayud\u00f3 a pegar la hebra y se fueron charlando hasta sentarse en una plaza g\u00e9lida por el relente. Demor\u00f3 su regreso para escuchar el relato que present\u00eda, una historia de quiebra, desempleo y soledad agravada por un divorcio conflictivo<\/strong>; el r\u00e9gimen de visitas filiales suspendido por impago de pensi\u00f3n, el carrusel de entrevistas de trabajo frustradas, el subsidio a punto de agotarse y la caridad parroquial como \u00faltimo horizonte antes de la derrota. El sujeto ten\u00eda sentido del humor o se lo hac\u00eda brotar el alcohol, pero en su charla entreverada de sarcasmos no parec\u00eda haber cedido del todo a la amargura. Lo dej\u00f3 en la plaza agarrado a una botella vac\u00eda y al alejarse bajo la madrugada se vio a s\u00ed mismo en el umbral de un trayecto al que s\u00f3lo pod\u00eda llevarse el equipaje de un conjuro contra la desesperanza.<\/p>\n

Ignacio Camacho<\/strong><\/p>\n

ABC, 24.12.08<\/strong><\/p>\n

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Para hacer<\/p>\n<\/div>\n

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1. Este texto sigue la tradici\u00f3n de muchos escritores de escribir un \u201ccuento de Navidad\u201d. N\u00f3tese que fue publicado el d\u00eda de nochebuena del a\u00f1o pasado. \u00bfQu\u00e9 nos dice el cuento? \u00bfQu\u00e9 refleja de una realidad que a veces queremos ocultar o alejar aunque est\u00e1 ah\u00ed?<\/span><\/p>\n

2. Ver tambi\u00e9n el texto de la p\u00e1gina 3 (Recortes) de este mismo Cuaderno Joven.<\/span><\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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