Decimos u o\u00edmos con frecuencia \u2013en realidad es t\u00f3pico que se viene aceptando acr\u00edticamente desde hace m\u00e1s de treinta a\u00f1os\u2013 que nuestra juventud, la de hoy, la de ahora, es la mejor preparada de la Historia de Espa\u00f1a. En tal afirmaci\u00f3n hay, creo, un cierto grado de idealizaci\u00f3n exculpatoria, liberadora, por la mera y falsa solemnidad de las palabras, de cuantas obligaciones nuestras intuimos incumplidas, encubridora, tambi\u00e9n, de los muchos descosidos de un sistema que hace agua por todas partes.<\/p>\n
Uno, que por su profesi\u00f3n es observador diario de sus perplejidades, destrezas y carencias, no puede ni quiere compartir tan infundado optimismo. Si nos fijamos en el bagaje medio de conocimientos que nuestros j\u00f3venes suelen alcanzar en la actualidad \u2013una perspectiva que reconozco secundaria, dadas las modernas facilidades de acceso a la informaci\u00f3n\u2013 el resultado es francamente descorazonador. Saben menos, leen menos, se expresan peor, ignoran casi todo sobre los fen\u00f3menos de cualquier tipo que explican nuestro presente, desconocen lo b\u00e1sico de la filosof\u00eda, del arte, incluso de la propia geograf\u00eda. La llamada cultura general es cada vez m\u00e1s singular, fruto, cuando aparece, de la excepcional tenacidad de quien la adquiere y no de una educaci\u00f3n dise\u00f1ada para su com\u00fan disfrute.<\/p>\n
No es esto, sin embargo, lo verdaderamente grave. Junto a ese nuevo analfabetismo consentido, convive una creciente desorientaci\u00f3n acerca de los valores y principios que han de ir conformando sus personales criterios. La familia, tradicional agente socializador, quiz\u00e1 atrapada en sus mismas contradicciones, en una crisis que trastoca su papel y sus perfiles, est\u00e1 desertando de su important\u00edsima misi\u00f3n. Los medios masivos de comunicaci\u00f3n, sustitutos inmediatos en el empe\u00f1o, env\u00edan mensajes heterog\u00e9neos, interesados, atentos sobre todo a la rentabilidad, lo que contribuye a aumentar la confusi\u00f3n de la que les hablo.<\/p>\n
En la escuela, pen\u00faltima esperanza, para des\u00e1nimo de quienes se dejan su tiempo y su esfuerzo en las aulas, triunfa el neoliberalismo y el darwinismo social: una educaci\u00f3n utilitarista, alentadora del \u00e9xito como raz\u00f3n suprema, destinada \u00fanica y exclusivamente a asegurar las necesidades del proceso productivo. Se dir\u00eda, as\u00ed, que tambi\u00e9n el Estado, que la ordena y organiza, ha abandonado su funci\u00f3n socializadora, puesto que de ella s\u00f3lo reclama, o casi, la asignaci\u00f3n y selecci\u00f3n de capital humano.<\/p>\n
Me objetar\u00e1n que a\u00fan queda la sociedad civil, que \u00e9sta puede suplir tantas omisiones. Pero, m\u00e1s selva que para\u00edso, de sus despiadadas estructuras ya no cabe deducir otra ley que la del m\u00e1s fuerte. Junto a m\u00ednimas se\u00f1ales de humanidad y tolerancia, coexisten en su seno poderosos maestros, adoctrinadores nocivos, que est\u00e1n aprovechando implacablemente el resquicio.<\/p>\n
Comprender\u00e1n, pues, mi asombro y mi negativa. En tales condiciones, proclamar la bondad absoluta de nuestra juventud, su excelencia inigualada, me parece un ejercicio de hipocres\u00eda, una coartada c\u00f3moda, una forma de c\u00ednica adulaci\u00f3n, que ni a ellos les sacar\u00e1 del laberinto, ni a nosotros, te\u00f3ricos espectadores admirados, nos eximir\u00e1 de nuestra obvia, inmensa e inderogable responsabilidad.<\/p>\n
\u00a0Rafael Padilla<\/strong><\/p>\n Diario de C\u00e1diz, 20.5.05<\/p>\n <\/p>\n Para hacer<\/p>\n Ver tambi\u00e9n la p\u00e1gina anterior: \u00bfQu\u00e9 tenemos que decir los j\u00f3venes \u2013o educadores de j\u00f3venes\u2013 ante esa situaci\u00f3n?<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Decimos u o\u00edmos con frecuencia \u2013en realidad es t\u00f3pico que se viene aceptando acr\u00edticamente desde hace m\u00e1s de treinta a\u00f1os\u2013 que nuestra juventud, la de hoy, la de ahora, es la mejor preparada de la Historia de Espa\u00f1a. En tal afirmaci\u00f3n hay, creo, un cierto grado de idealizaci\u00f3n exculpatoria, liberadora, por la mera y falsa […]<\/p>\n","protected":false},"author":10,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[558,566,229,570,258],"tags":[],"class_list":["post-4668","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-558","category-566","category-cuaderno-joven","category-rafael-padilla","category-textos"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4668","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/10"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=4668"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/4668\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=4668"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=4668"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=4668"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}\n