{"id":5729,"date":"2000-11-01T00:00:52","date_gmt":"2000-10-31T22:00:52","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=5729"},"modified":"2000-11-01T00:00:52","modified_gmt":"2000-10-31T22:00:52","slug":"pidele-cuentas-al-rey","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/pidele-cuentas-al-rey\/","title":{"rendered":"P\u00eddele cuentas al rey"},"content":{"rendered":"

Esta pel\u00edcula del debutante Jos\u00e9 Antonio Quir\u00f3s narra la odisea particular de un minero asturiano, Fidel, quien en compa\u00f1\u00eda de su mujer y su hijo decide recorrer a pie los quinientos kil\u00f3metros que separan Mieres de Madrid, con la intenci\u00f3n de manifestarle al rey su descontento ante el cierre de la mina en la que trabaja. Si este buen hombre se lanza a la carretera no es tanto por la p\u00e9rdida de su empleo (en la pel\u00edcula se insin\u00faa que a \u00e9l y a sus compa\u00f1eros se les va a ofrecer una jubilaci\u00f3n anticipada en condiciones m\u00e1s o menos justas) como por el hecho de verse relegado en plena madurez a la n\u00f3mina de los desocupados. En el camino se topar\u00e1n con otros seres marginales como ellos: un mendigo (Santiago Segura), ap\u00f3stol de la vida libre y de la solidaridad entre los parias, que, no obstante, les robar\u00e1 todas sus pertenencias; una familia de portugueses que quiere unirse a su gesta y a los que rechazan a pedradas, en una de las escenas de humor m\u00e1s negro y significativo de todo el metraje; un inmigrante ilegal marroqu\u00ed… Tambi\u00e9n se ver\u00e1n sometidos a las manipulaciones de los medios de comunicaci\u00f3n, capaces de convertir su periplo en una mera excentricidad para llenar programas de sobremesa o tertulias de marisabidillos.<\/p>\n

Lo cierto es que P\u00eddele cuentas al rey<\/em> no acaba de funcionar desde el punto de vista narrativo porque su director quiere jugar a demasiadas bandas con las posibilidades tonales del relato y esta fluctuaci\u00f3n termina por desvirtuar el sentido \u00faltimo de la pel\u00edcula. La obra, en un principio, presenta tintes de dura cr\u00f3nica social, sobre todo al pintar las condiciones de vida en la cuenca minera: en las primeras secuencias asistimos a la muerte de un minero, a la tensi\u00f3n entre trabajadores y fuerzas del orden, a los desacuerdos con los l\u00edderes sindicales, todo ello en el marco de una descripci\u00f3n del entorno en la que se dan la mano con bastante solvencia costumbrismo y documento. Desde que Fidel y su familia emprenden el camino, el aire de comedia castiza, del tipo Manolito gafotas,<\/em> se adue\u00f1a de la funci\u00f3n. A partir de este momento, este toque amable se convierte en nota dominante, s\u00f3lo alterada en ciertas ocasiones por un humor mucho m\u00e1s corrosivo (secuencias con el mendigo, con la familia de portugueses y con los medios de comunicaci\u00f3n), destinado a reconducir la historia al cauce de la denuncia con bastante eficacia. Estas situaciones hilarantes insin\u00faan lo que podr\u00eda haber dado de s\u00ed la pel\u00edcula si se hubiera apostado por una l\u00ednea mucho m\u00e1s radical y amarga.<\/p>\n

En la parte final, el director se va decantando desde los postulados de la obra con mensaje humanista un tanto obvio (en el encuentro de Fidel con el marroqu\u00ed, aquel llega a reconocer en este a un hermano, tal vez para redimirse de su comportamiento con los portugueses) hasta la f\u00e1bula optimista: el minero es recibido por el rey, obtiene un nuevo puesto de trabajo, otros muchos obreros siguen su ejemplo… Con tanta oscilaci\u00f3n, la intensidad cr\u00edtica del relato, su val\u00eda como aldabonazo en la conciencia acaba por reblandecerse. La conclusi\u00f3n utopista, tan tranquilizadora e irreal como las perdices al final de un cuento, invalida lo que pod\u00eda haber sido verdadero compromiso.<\/p>\n

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Hecha esta salvedad, debemos reconocer que, por la cantidad de temas que se van apuntando (los marginados de las sociedades desarrolladas, la lucha por la propia dignidad humana…), la pel\u00edcula resulta muy sugerente como material pedag\u00f3gico. Ante todo, debemos situarla en la \u00f3rbita de esas obras que, de un tiempo a esta parte, se asoman al mundo del trabajo para corroborar que all\u00ed se encuentra uno de los mejores term\u00f3metros con que calibrar la salud de una sociedad. Por citar algunas: el tr\u00edptico de Ken Loach (Riff-raff, Lloviendo piedras, Mi nombre es Joe<\/em>), la impresionante Rosseta<\/em> (esa s\u00ed que es una obra sin concesiones, que apura hasta el fondo la verdad de los hechos que se est\u00e1n narrando, aunque escuezan), la simp\u00e1tica Full monty<\/em> o la reciente Trabajo basura<\/em> coinciden en exponer c\u00f3mo, hoy por hoy, el trabajo es un problema: cuando falta, porque falta; cuando se tiene, porque suele ser alienante, deshumanizador y esclavo; cuando se termina, porque su p\u00e9rdida puede llegar a dejarnos vac\u00edos.<\/p>\n

En definitiva, P\u00eddele cuentas al rey<\/em> abarca mucho y aprieta poco. Esto \u00faltimo lo deja en nuestras manos.<\/p>\n

JES\u00daS VILLEGAS<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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