{"id":5733,"date":"2000-11-01T00:00:45","date_gmt":"2000-10-31T22:00:45","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=5733"},"modified":"2000-11-01T00:00:45","modified_gmt":"2000-10-31T22:00:45","slug":"tele-exhibicionismos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/tele-exhibicionismos\/","title":{"rendered":"Tele-exhibicionismos"},"content":{"rendered":"

Cada cierto tiempo, los gestores del sistema tele\u00advisivo se ven obligados a inventar y lanzar una nueva f\u00f3rmula de programaci\u00f3n, que se adivina una potencial gallina electr\u00f3nica de huevos de oro medi\u00e1ticos. Ya nadie se acuerda de la llamada \u00abte\u00adlevisi\u00f3n hamburguesa\u00bb, que naci\u00f3 en Estados Uni\u00addos en 1988, y que tras un despegue fulgurante de bajezas acab\u00f3 en el cubo de la basura. Y ahora mis\u00admo causan furor en M\u00e9xico los que all\u00ed llaman pin\u00adtorescamente talk shows <\/em>y que no son m\u00e1s que gru\u00adpos de discusi\u00f3n que acaban con insultos y trom\u00adpazos entre los contertulios. Y la irrupci\u00f3n en nuestro espacio hertziano de las telenovelas Cris\u00adtal, Dallas, Dinast\u00eda y Los Colby <\/em>marc\u00f3 una \u00e9poca de teleadicci\u00f3n compulsiva, aunque sus pasiones, fin\u00adgidas por actores profesionales, acabaron por clau\u00addicar ante las pasiones aut\u00e9nticas de losreality shows, <\/em>en los que las l\u00e1grimas, la sangre y el semen eran de verdad, conveniente monitorizados por Paco Lobat\u00f3n en \u00bfQui\u00e9n sabe d\u00f3nde?, <\/em>antes de que Pepe Navarro le sacase un copioso jugo cadav\u00e9rico a la tragedia de las ni\u00f1as de Alc\u00e1sser torturadas y asesinadas. Y cuando la Tele 5 de Silvio Berlusconi desembarc\u00f3 en nuestros pagos, su f\u00f3rmula golosa de mulata-moviendo-el-culo pareci\u00f3 s\u00f3lidamente imperecedera. Si existe algo ef\u00edmero en la cultura de masas, es lo que Ignacio Ramonet ha llamado la \u00abgolosina visual\u00bb, que ni siquiera deja un soporte conservable y consultable, como lo dejan las revis\u00adtas, peri\u00f3dicos y discos. Su programaci\u00f3n -que constituye un verdadero clich\u00e9 para los ojos- es como el humo, que se lleva el viento.<\/p>\n

La \u00faltima temporada televisiva ha estado marca\u00adda por el cicl\u00f3n de Gran Hermano, cuyo <\/em>m\u00e9rito ma\u00adyor radica -y no es poco- en que se trata de la pri\u00admera f\u00f3rmula televisiva que Europa ha consegui\u00addo vender a Estados Unidos. La idea de esta f\u00f3r\u00admula, y la de sus descendientes, es bien simple. Se asienta en un pacto interesado (por los premios y la popularidad) entre el exhibicionismo rentabili\u00adzable de unos cuantos y la voracidad mirona del p\u00fablico, que convierte las telepantallas dom\u00e9sticas en agujeros de cerradura.<\/p>\n

A la gente le gusta espiar vidas ajenas, como ex\u00adplic\u00f3 maravillosamente Hitchcock en La ventana in\u00addiscreta, <\/em>sobre todo si estas vidas no son ficciones ideadas por guionistas ni escenificadas por actores profesionales. Por esta raz\u00f3n, precisamente, los re\u00adality shows <\/em>mordieron con tanta fuerza el espacio y la audiencia de los culebrones: <\/em>eran patios de vecin\u00addad de tama\u00f1o nacional. Las pasiones de la ficci\u00f3n son rutinariamente previsibles y est\u00e1n controladas por los censores. Se supone que las pasiones de la vida real, en cambio, no nacen de la planificaci\u00f3n de guionistas ni de las cautelas de los censores y est\u00e1n abiertas, por ello, a lo imprevisto y a la trans\u00adgresi\u00f3n: todo puede ocurrir en su marco esponta\u00adne\u00edsta. De ah\u00ed, tambi\u00e9n, la inmensa popularidad de la mal llamada prensa del coraz\u00f3n, <\/em>que en rigor de\u00adber\u00eda llamarseprensa braguetera <\/em>-pues de eso se tra\u00adta: de saber qui\u00e9n se acuesta con qui\u00e9n- y que \u00falti\u00admamente ha desplazado su centro de gravedad desde el papel impreso a las pantallas televisivas.<\/p>\n

En el caso de programas televisivos del tipo Gran Hermano, <\/em>el telespectador goza adem\u00e1s de la ventaja suplementaria de poder ser testigo, por de\u00adm\u00e1s, de la transgresi\u00f3n en directo, en el mismo momento de producirse, asistiendo al flujo de la vida en el acto de gestarse y de discurrir. (…)<\/p>\n

Seg\u00fan me dicen, hay alguna transgresi\u00f3n m\u00e1s en sus series sucesoras, que transcurren en un au\u00adtob\u00fas o en una isla, pero, pese a ello, sus audien\u00adcias han deca\u00eddo, v\u00edctimas de la cruel entrop\u00eda que gobierna fatalmente los ciclos televisivos. Ni los culos desvelados, ni los besos de lengua o los ma\u00adgreos consiguen levantar demasiado la curiosidad (o la libido) de la audiencia, cada vez m\u00e1s ina\u00adpetente. \u00bfSer\u00e1 una se\u00f1al de madurez intelectual? No lo es. Es, simplemente, la en\u00e9sima comproba\u00adci\u00f3n del principio de obsolescencia del sensaciona\u00adlismo audiovisual formateado para una econom\u00eda de escala (…)<\/p>\n

RoMAN GUBERN \u00abEl Pa\u00eds\u00bb, 30.9.2000<\/p>\n

 <\/p>\n\n\n\n
Para hacer<\/p>\n

1. Muchos adolescentes y j\u00f3venes siguieron entusiasmados las aventuras de Gran Hermano<\/em>. \u00bfQu\u00e9 hizo cada uno? \u00bfPor qu\u00e9? \u00bfQu\u00e9 queda de aquello?<\/p>\n

2. \u00bfC\u00f3mo nos dejamos llevar por el \u00absensacionalismo audiovisual\u00bb? Comentar las ideas de este autor y ver c\u00f3mo act\u00faa cada uno.<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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