Ser famoso, conocido, popular, resulta una ambici\u00f3n muy compartida en nuestro tiempo, pero, a la vez existe un deleite creciente por ser enteramente an\u00f3nimo. Uno de los grandes \u00e9xitos de Internet descansa en la extraordinaria virtud de procurar a sus usuarios hablar, habitar, inmiscuirse, desenvolverse, insultar o enamorar y, sin embargo, permanecer en el absoluto anonimato. El usuario de Internet planea por la red como un yo que se transfigura f\u00e1cilmente y a su voluntad adoptando seud\u00f3nimos, heter\u00f3nimos, alias; mudando de sexo, de raza, de profesi\u00f3n, sin que precisamente en ese reino encuentre nadie razones para perseguirlo.<\/p>\n
El universo de Internet es la respuesta al sue\u00f1o primordial del ser humano que consiste en llegar a ver sin ser visto, en llegar a existir sin que nadie pueda acechar nuestra existencia. Es decir, el sue\u00f1o de ser tal como Dios: un ser que observa sin ser observado o que se entromete en las vidas sin que nadie alcance a poderle reclamar sus efectos o perjuicios. El mundo de Internet es cada vez m\u00e1s codiciado en Occidente y llegar\u00e1 a incluir a todo individuo moderno de esta civilizaci\u00f3n porque aqu\u00ed no existe ya lugar donde ocultarse. Antes, como dice Mercedes Ondina en su libro La aldea irreal<\/em>, pod\u00eda uno desaparecer de una peque\u00f1a comunidad y reaparecer en otra para rehacerse otra identidad, pero ahora esta opci\u00f3n ha quedado poco a poco barrida por los programas de b\u00fasqueda en la televisi\u00f3n, por los ficheros inform\u00e1ticos de las comisar\u00edas, por las agencias de inteligencia y las huellas que husmean los artefactos electr\u00f3nicos. El \u00fanico espacio todav\u00eda sin agotar, profundo como una noche del medioevo, vasto como una l\u00e1mina sin conf\u00edn, es el inaprehensible \u00e1mbito de Internet. All\u00ed donde una parte de nuestra poblaci\u00f3n ansiosa, neur\u00f3tica, harta de su yo, bucea para soslayar su propio bulto y convertirse en signos ligeros: en una voz, una escritura, una insinuaci\u00f3n, un comp\u00e1s musical, una consigna. Cada noche, en proporciones de decenas de millones de aficionados al chat<\/em>, la humanidad se alivia de su peso real y recomienza con otros papeles una navegaci\u00f3n vital, en la red, zambullidos en la extraordinaria felicidad de haber perdido el nombre y el destino.<\/p>\n <\/p>\n VICENTE\u00a0 VERD\u00da<\/p>\n \u00abEl Pa\u00eds\u00bb, 11.3.2000<\/p>\n <\/p>\n 1. \u00bfQue nos sugiere este texto? \u00bfQu\u00e9 refleja de nosotros?<\/p>\n 2. Todo esto no va tanto con los j\u00f3venes, por ahora. \u00bfO s\u00ed? \u00bfQu\u00e9 aspectos refleja del mundo de los j\u00f3venes? \u00bfEn qu\u00e9 se parecen a lo aqu\u00ed descrito?<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Ser famoso, conocido, popular, resulta una ambici\u00f3n muy compartida en nuestro tiempo, pero, a la vez existe un deleite creciente por ser enteramente an\u00f3nimo. Uno de los grandes \u00e9xitos de Internet descansa en la extraordinaria virtud de procurar a sus usuarios hablar, habitar, inmiscuirse, desenvolverse, insultar o enamorar y, sin embargo, permanecer en el absoluto […]<\/p>\n","protected":false},"author":10,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[710,729,229,258,347],"tags":[],"class_list":["post-5917","post","type-post","status-publish","format-standard","hentry","category-710","category-729","category-cuaderno-joven","category-textos","category-vicente-verdu"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5917","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/10"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=5917"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5917\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=5917"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=5917"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=5917"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}\n\n
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