{"id":5960,"date":"2000-01-01T00:00:24","date_gmt":"1999-12-31T22:00:24","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=5960"},"modified":"2000-01-01T00:00:24","modified_gmt":"1999-12-31T22:00:24","slug":"american-beauty-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/american-beauty-2\/","title":{"rendered":"American beauty"},"content":{"rendered":"

Decir, a estas alturas, que la pel\u00edcula de Sam Mendes retrata con acidez demoledora las trastiendas ocultas de la sociedad americana actual no aporta nada nuevo. Sin embargo, si aclaramos que detr\u00e1s de las caras siempre limpias y genuinamente norteamericanas que pueblan esta obra se esconde la m\u00e1s sucia y ecum\u00e9nica de las desilusiones y a\u00f1adimos despu\u00e9s que en la forma de existencia de estos seres se quiebra todo el sistema occidental de creencias y principios, tal vez estemos sugiriendo nuevas y m\u00e1s hirientes lecturas de esta inteligente obra, lecturas que, ahora s\u00ed, nos conciernen a todos. Porque, desde mi punto de vista, el inter\u00e9s de American beauty radica en que su car\u00e1cter aparentemente local recubre, en el fondo, una intensa denuncia global, capaz de tocarnos a aquellos que, satisfechas con holgura nuestras necesidades esenciales, disponemos de todas las oportunidades del mundo para sacarle algo digno a esta vida y las derrochamos impunemente, siendo, para m\u00e1s inri, infelices.<\/p>\n

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Los Burnham resumen aquellas carencias end\u00e9micas que, desde hace tiempo, oxidan un mundo s\u00f3lo te\u00f3ricamente civilizado. Esas casas pulcras con jard\u00edn, esos cuerpos maquillados y pagados de s\u00ed mismos albergan tan s\u00f3lo almas perdidas, conciencias que han aprendido bien a invertir su dinero y, sin embargo, han olvidado en el camino qu\u00e9 hacer consigo mismas. La obsesi\u00f3n compulsiva por el triunfo, el reinado de las apariencias en todos los terrenos, la incomunicaci\u00f3n, la prepotencia sexual o mental y, en \u00faltima instancia, el m\u00e1s clamoroso de los vac\u00edos constituyen el libro de familia de estos seres y de los que se codean con ellos, tan pat\u00e9ticos todos como desdichados. En este comentario nos centraremos en uno de ellos, el protagonista de la historia.<\/p>\n

Lester, el cabeza de familia al borde de la cincuentena, conserva al menos cierta lucidez para evaluar su propia ruina personal: sabe que su existencia se limita a la suma de, por una parte, un trabajo alienante, por otra, una relaci\u00f3n matrimonial que ha perdido el norte y, como guinda, una hija a la que no puede ofrecer absolutamente nada. Que un hombre adulto afirme que el mejor momento del d\u00eda se produce todas las ma\u00f1anas en la ducha, cuando se masturba, lo dice todo a prop\u00f3sito del grado de miseria vital y de nihilismo en el que se ha sepultado el que, como antes anunciaba, resulta, para desesperanza nuestra, el personaje m\u00e1s clarividente de la funci\u00f3n.<\/p>\n

En el momento en que decide romper esta aparente cadena de fracasos, su opci\u00f3n constituye un arrollador batacazo a cualquier idea halag\u00fce\u00f1a sobre el g\u00e9nero humano de principios de este siglo: tras abandonar su trabajo, tras cantarle las cuarenta a su esposa, despu\u00e9s de intentar restablecer (sin \u00e9xito ni aut\u00e9ntico inter\u00e9s) el contacto con su hija, Lester se embarca en su particular cruzada personal por mejorar el mundo o, al menos, su mundo: la salida honrosa al destrozo de sus d\u00edas que se le ocurre es intentar recuperar la juventud perdida conquistando a la amiga de su hija, \u00c1ngela, una ni\u00f1a-fatal de quince a\u00f1os, con el \u00fanico y elevado prop\u00f3sito de llev\u00e1rsela al catre.<\/p>\n

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No caben utop\u00edas. Cuando este pobre infeliz, narrador, adem\u00e1s, de la pel\u00edcula, cae en la cuenta de sus miserias, en lugar de escapar hacia adelante, o hacia adentro, o hacia la dignidad, corre hacia atr\u00e1s, a refugiarse en la m\u00e1s purulenta de las adolescencias. Regresa al porro, se dedica a cultivar su m\u00fasculo para seducir a \u00c1ngela, trabaja en una hamburgueser\u00eda, sigue masturb\u00e1ndose a diestro y siniestro, todo con el descabellado objetivo de reencontrar un tiempo mejor que, probablemente, nunca existi\u00f3.<\/p>\n

No se me ocurre un diagn\u00f3stico m\u00e1s desasosegante y certero sobre nuestra sociedad actual: esta manera cruda de sugerirnos que, en el fondo, el desarrollo nos ha convertido en unos adolescentes perpetuos que sustituyen sus ideales por acn\u00e9 mental contiene tan altas dosis de veracidad que asusta. Que nuestro mundo degenere en un est\u00fapido guateque, que nuestras aspiraciones m\u00e1s \u00edntimas se cifren en compensar con orgasmos la falta de horizontes puede parecer caricaturesco, indudablemente, pero, siento decirlo, la caricatura no es aqu\u00ed cuesti\u00f3n del estilo deformante de esta pel\u00edcula, sino m\u00e1s bien la copia fiel de un estilo de vida (\u00bfel nuestro tambi\u00e9n?) que est\u00e1 llegando a lo esperp\u00e9ntico.<\/p>\n

Si tuviera que resumir en una sola palabra el mal de nuestro tiempo no dudar\u00eda ni un instante: inmadurez. Y de eso habla, de nuestra inmadurez globalizada, American beauty.<\/p>\n

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JES\u00daS VILLEGAS<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Decir, a estas alturas, que la pel\u00edcula de Sam Mendes retrata con acidez demoledora las trastiendas ocultas de la sociedad americana actual no aporta nada nuevo. Sin embargo, si aclaramos que detr\u00e1s de las caras siempre limpias y genuinamente norteamericanas que pueblan esta obra se esconde la m\u00e1s sucia y ecum\u00e9nica de las desilusiones y […]<\/p>\n","protected":false},"author":10,"featured_media":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","inline_featured_image":false,"footnotes":""},"categories":[710,736,229,590,253],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5960"}],"collection":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/users\/10"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=5960"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5960\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=5960"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=5960"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=5960"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}