{"id":6272,"date":"1998-11-01T00:00:19","date_gmt":"1998-10-31T22:00:19","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6272"},"modified":"1998-11-01T00:00:19","modified_gmt":"1998-10-31T22:00:19","slug":"a-proposito-de-una-secuencia-de-desmontando-a-harry","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/a-proposito-de-una-secuencia-de-desmontando-a-harry\/","title":{"rendered":"A PROP\u00d3SITO DE UNA SECUENCIA DE DESMONTANDO A HARRY"},"content":{"rendered":"<p>En la \u00faltima pel\u00edcula de Woody Allen, <em>Desmontando a Harry, <\/em>hay secuencia muy sugerente: en uno de los momentos de esta obra, un personaje, actor de cine, descubre algo terrible y absurdo: esa ma\u00f1ana, su cuer\u00adpo, como si se tratara de la imagen de una fotograf\u00eda mal hecha, ha amanecido desenfocado. Su familia, sus compa\u00f1eros, sus amigos observan, primero divertidos y finalmente alarmados, este curioso fen\u00f3meno: el hombre que hasta ayer pose\u00eda unas formas y un perfil claros, contundentes, f\u00e1cilmente identificables, hoy ha perdido, repentinamente, su nitidez. Es m\u00e1s, su emborronamiento no se detiene en un punto, sino que su figura se desvanece a cada instante m\u00e1s y m\u00e1s, hasta transformarse, poco a poco, en un puro borratajo que provoca mareos a quien lo contempla.<\/p>\n<p>El protagonista de esta tragicomedia acude a distintos m\u00e9dicos, quienes no detectan en su organismo nin\u00adguna enfermedad. Sin embargo, nuestro amigo contin\u00faa un proceso imparable: los l\u00edmites que marca su piel siguen desdibuj\u00e1ndose y en su rostro ya a duras penas se distinguen rasgos propios.<\/p>\n<p>La historia concluye de una manera nada alentadora. Yo dir\u00eda que se trata de un desenlace falsamente tran\u00adquilizador: la \u00fanica forma de atenuar o, al menos, disimular esta degeneraci\u00f3n incontenible consiste en que la mujer y los hijos del hombre desenfocado se pongan unas gafas con las que recuperar ilusoriamente su contorno tal y como fue en su d\u00eda. Todo nos hace sospechar que este pobre infeliz acabar\u00e1 convertido defini\u00adtivamente en una gran mancha, por mucho que los otros intenten autoenga\u00f1arse.<\/p>\n<p>Esta secuencia permite m\u00faltiples interpretaciones. Bastar\u00eda con responder a una serie de preguntas: \u00bfa qui\u00e9nes, a qu\u00e9 realidades humanas puede representar este hombre en disoluci\u00f3n? \u00bfEn qu\u00e9 ocasiones las per\u00adsonas \u00abnos desenfocamos\u00bb, nos volvemos confusos, perdemos parte de nuestra identidad? \u00bfCu\u00e1ndo nos colo\u00adcamos unas lentes tranquilizadoras que, en lugar de ayudarnos a resolver los problemas o a afrontar la rea\u00adlidad, se limitan a disfrazarla?<\/p>\n<p>En esta secci\u00f3n que dedicamos mensualmente al cine como instrumento educativo os voy a regalar mi par\u00adticular lectura de esta secuencia tan pedag\u00f3gica. Se trata de sustituir a ese actorcillo por todos y cada uno de los hombres y mujeres que componemos las modernas sociedades occidentales, entre ellos t\u00fa y yo. Llamaremos <em>capitalismo <\/em>al objetivo fotogr\u00e1fico causante de nuestra mala definici\u00f3n o a la tinta que nos desfi\u00adgura. Adem\u00e1s de este cambio, imaginaremos que, ante este carnaval de presencias distorsionadas que todos protagonizamos, la gente, en lugar de buscar las razones del descentrado general para atajarlas, se confor\u00admara con agenciarse un hermoso par de gafas, tan m\u00e1gicas como tramposas. Aplicando todas estas opera\u00adciones tendr\u00e1s ante tus narices, sin quererlo, un retrato veraz y atroz de nuestro maravilloso mundo desa\u00adrrollado.<\/p>\n<p>\u00a1Qu\u00e9 felices todos, monstruosamente borrosos, pero seguros de que el mundo es perfecto porque lo vemos a trav\u00e9s de nuestros cristales ahumados! \u00bfQu\u00e9 me importa que me vaya disolviendo en el \u00e1cido del egocen\u00adtrismo o que me extinga a golpe de ambici\u00f3n si todos a una giramos en el mismo y est\u00fapido tiovivo, si todos padecemos una misma miop\u00eda consumista y gozosa, si todos soportamos la vida apoy\u00e1ndonos en la ortope\u00addia del materialismo? A los hombres y mujeres de las sociedades del primer mundo se nos est\u00e1 difuminan\u00addo paulatinamente la conciencia y s\u00f3lo podemos soportar nuestra propia deformidad moral, nuestro <em>desen\u00adfoque, <\/em>con unas gafas que oculten o justifiquen las tropel\u00edas cometidas a diario a nuestro alrededor, en nues\u00adtra propia casa, en nuestro mismo espejo: el derroche, la acumulaci\u00f3n, el af\u00e1n competitivo, el desinter\u00e9s hacia los otros&#8230; En el momento en el que, por unos instante, nos quitamos las lentes que nos protegen, el deterio\u00adro de nuestros principios, la barbarie de nuestra forma de vida resulta tan trasparente y deslumbrante como opaca y desva\u00edda nuestra presunta humanidad.<\/p>\n<p>Termino: en una tira de Mafalda, un personaje comentaba que, cuando alguien fuma un cigarrillo, no queda claro si es la persona quien consume el cigarro o, a la inversa, si es el propio cigarro quien se encarga de consumir a su usuario. La misma f\u00f3rmula puede aplicarse a esos seres desenfocados, tal vez como t\u00fa y como yo, que son consumidos inconscientemente por sus propios h\u00e1bitos de consumo. Al menos, atr\u00e9vete a arrancarte las c\u00f3modas gafas que garantizan la pasividad. Tu mundo no es perfecto. Me ha parecido verte entre l\u00edneas y creo que t\u00fa tambi\u00e9n andas un poco desenfocado.<\/p>\n<p>JES\u00daS VILLEGAS<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>En la \u00faltima pel\u00edcula de Woody Allen, Desmontando a Harry, hay secuencia muy sugerente: en uno de los momentos de esta obra, un personaje, actor de cine, descubre algo terrible y absurdo: esa ma\u00f1ana, su cuer\u00adpo, como si se tratara de la imagen de una fotograf\u00eda mal hecha, ha amanecido desenfocado. 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