{"id":6359,"date":"1998-07-01T00:00:43","date_gmt":"1998-06-30T22:00:43","guid":{"rendered":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/index2.php\/?p=6359"},"modified":"1998-07-01T00:00:43","modified_gmt":"1998-06-30T22:00:43","slug":"fotografiando-hadas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/pastoraljuvenil.es\/blog\/fotografiando-hadas\/","title":{"rendered":"Fotografiando hadas"},"content":{"rendered":"

El punto de partida argumental de Fotografiando hadas <\/em>invita, o bien a la expectaci\u00f3n, o bien a la m\u00e1s franca sonrisa: un fot\u00f3grafo, atormentado por la tr\u00e1gica muerte de su esposa al d\u00eda siguiente de su boda, entra paulatinamente en contacto, gracias a su c\u00e1mara, con un mundo paralelo al suyo, pobla\u00addo, al parecer, por extra\u00f1as criaturas de naturaleza indefinible: las hadas… No nos llamemos a enga\u00f1o; estas hadas no tienen nada que ver con la entra\u00f1a\u00adble Campanilla, ni la pel\u00edcula se limita a dibujar un amable divertimiento sobre deseos que se cumplen al comp\u00e1s de una varita m\u00e1gica. Fotografiando ha\u00addas, <\/em>bajo su superficie de cuento ingenuo, esconde un subyugador discurso cargado de resonancias tem\u00e1ticas (el amor, como sentimiento capaz de trascendentalizar la vida, el milagro del cine y el cine como maquinaria predispuesta a atrapar el milagro, la infranqueabilidad del tiempo, las deli\u00adcadas fronteras entre realidad y deseo), entre las que destaca una l\u00facida reflexi\u00f3n sobre la muerte.<\/p>\n

Tras la p\u00e9rdida de su mujer, Charles Castle entra en contacto con diferentes testimonios sobre la existencia de un universo m\u00e1gico desde el m\u00e1s puro escepticismo hasta la constataci\u00f3n gr\u00e1fica y la consiguiente convicci\u00f3n absoluta en la existencia de esos seres mitol\u00f3gicos (las hadas), el fot\u00f3grafo recorre un camino de ascesis que le lleva del mundo material a las fronteras de una realidad esencial. Su itinerario, m\u00e1s que a intereses aventu\u00adreros, responde a un prop\u00f3sito de \u00edndole escatol\u00f3\u00adgica: acercarse, comprender y, si es posible, encon\u00adtrar respuesta al gran misterio de la muerte. En ese sentido, el quim\u00e9rico mundo de las hadas aparece\u00adr\u00e1 como materializaci\u00f3n de una posible alternativa al absurdo de la aniquilaci\u00f3n, como r\u00e9plica a ese interrogante abisal que se abre ante el fin de la vida: frente a la desaparici\u00f3n absoluta (creencia que abruma al protagonista a ra\u00edz de la muerte de su esposa), frente al cielo espiritual de las religio\u00adnes, el mundo de las hadas simboliza una especie de v\u00eda intermedia de salvaci\u00f3n, una forma de resu\u00adrrecci\u00f3n tel\u00farica y paranormal, situada a medio camino entre el suelo y el cielo: este milagroso rin\u00adc\u00f3n se manifiesta como un ed\u00e9n profano y naturis\u00adta, un cosmos presente en nuestro propio mundo, a nuestro lado, de una naturaleza f\u00edsica inaprensi\u00adble para los seres humanos por sus especiales caracter\u00edsticas infrasensoriales. Aparte de esta geo\u00ad<\/p>\n

graf\u00eda de lo invisible, en la pel\u00edcula se define tam\u00adbi\u00e9n el sentido de esta nueva realidad: un territorio que permanece en la frontera entre el aqu\u00ed y el m\u00e1s all\u00e1, un aperitivo de cielo \u00abdonde se cicatrizan las heridas, donde las personas se completan\u00bb, donde el ser humano alcanza su realizaci\u00f3n definitiva.<\/p>\n

Resulta llamativo que una obra cinematogr\u00e1fica apueste por abordar un tema tan espinoso como el de la muerte con cierta seriedad, aunque para ello recurra a los moldes gen\u00e9ricos que le proporciona el cine fant\u00e1stico. Le pel\u00edcula de Nick Willing <\/em>se atreve, sin ning\u00fan prejuicio, a postular con sensibi\u00adlidad y firmeza por una teleolog\u00eda de corte new age <\/em>bastante sugerente. Que su obra pertenezca al terreno de la fantas\u00eda no es obst\u00e1culo para que sus tesis adquieran relevancia como interesantes refle\u00adjos de toda una corriente del pensamiento contem\u00adpor\u00e1neo asentada en principios como la necesidad del reencuentro equilibrado entre individuo y orden natural, o la recurrencia a la autorrealizaci\u00f3n personal y la paz interior como caminos capitales para la felicidad humana. Es en este marco donde debe situarse esta ins\u00f3lita apuesta por una parad\u00f3\u00adjica \u00abespiritualidad materialista\u00bb, opuesta y\/o complementaria (no me decanto por ninguno de los adjetivos) a la espiritualidad cristiana. En esta l\u00ednea, a lo largo de toda la obra su director plantea una curiosa dial\u00e9ctica entre los s\u00edmbolos del cris\u00adtianismo y los de este nuevo \u00abidealismo f\u00edsico\u00bb: por ejemplo, para visualizar el reino de las hadas se requiere un trasunto de \u00abeucarist\u00eda ecol\u00f3gica\u00bb en la que el iniciado ha de comulgar con cierto tipo de flor; el templo para el encuentro con estos \u00e1nge\u00adles con cuerpo se halla ubicado en un \u00e1rbol; ser\u00e1n precisamente los ni\u00f1os quienes act\u00faen como sacer\u00addotes en estos ritos… Por si fuera poco, el antago\u00adnista del fot\u00f3grafo es un pastor protestante que concibe la fe como \u00fanico baluarte s\u00f3lido ante la mortalidad. Las se\u00f1ales y maravillas del mundo de las hadas, latentes a nuestro alrededor, entran as\u00ed en contraposici\u00f3n con el mundo de la religi\u00f3n, apoyado, en el film, en una credulidad ciega y absoluta, ajena a cualquier signo… A modo de con\u00adclusi\u00f3n, podr\u00edamos aventurar que Fotografiando hadas <\/em>nos propone un inhabitual y agradecible ejer\u00adcicio de metaf\u00edsica cinematogr\u00e1fica.<\/p>\n

JES\u00daS VILLEGAS<\/p>\n

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