\u00a0<\/strong><\/p>\n Christophe Roux: <\/strong>Una resurrecci\u00f3n<\/strong><\/p>\n En 1982 Christophe Roux se hab\u00eda desnuca\u00addo al tirarse al mar. Le fue diagnosticada una tetraplegia completa, es decir, una par\u00e1lisis permanente del cuello a los pies. Le auguraron una esperanza de vida corta y siempre al filo de la muerte. Ten\u00eda 20 a\u00f1os. Los m\u00e9dicos le di\u00adjeron que tendr\u00eda que aprender a vivir con sus limitaciones, que gracias a la tecnolog\u00eda podr\u00eda leer, escribir con la boca.<\/p>\n Hoy en d\u00eda, Christophe sigue sin poder ca\u00adminar, pero corre maratones en su silla de rue\u00addas. Se desplaza, conduce su coche, es total\u00admente aut\u00f3nomo. Est\u00e1 casado. Trabaja, viaja, es feliz. Su historia es la de una resurrecci\u00f3n. Del filo de la muerte a la vida de pleno derecho, de la inmovilidad a la felicidad.<\/p>\n Y todo, fruto de una lucha constante y ardua por hacer retroceder los l\u00edmites de la par\u00e1lisis. Un m\u00e9dico le fue rehaciendo poco a poco, du\u00adrante dos a\u00f1os, las articulaciones. Cada movi\u00admiento que lograba recuperar era un paso m\u00e1s hacia la autonom\u00eda. Fue cuesti\u00f3n de riesgo, su\u00adfrimiento y valor. Nunca hay que subestimar la capacidad de la mente y del cuerpo para rege\u00adnerarse. La energ\u00eda vital es insospechada. La vida interior del ser humano contiene el poten\u00adcial capaz de transformar traumas en distintos grados de triunfo.<\/p>\n La amistad de otra persona que hab\u00eda pasa\u00addo por las mismas circunstancias y el amor de su novia, que en ning\u00fan momento quiso aban\u00addonarle, fueron el apoyo necesario para vencer la desgracia.<\/p>\n <\/p>\n Luis Moya: Lecci\u00f3n de esperanza<\/strong><\/p>\n La vida de Luis Moya, 42 a\u00f1os, est\u00e1 marcada por dos fechas: 1981 y 1991. La primera corres\u00adponde a su ordenaci\u00f3n sacerdotal; la segunda, al accidente que unci\u00f3 su destino en una silla de ruedas.<\/p>\n En 1991 Luis Moya sufre un accidente. Iba de Madrid a Pamplona al volante de su coche. Queda tetrapl\u00e9gico, con los \u00abplomos\u00bb de su instalaci\u00f3n nerviosa fundidos, el cuerpo inm\u00f3\u00advil, ni siquiera puede valerse de las manos. (No puede decir la misa solo, pero s\u00ed concelebrar, y adem\u00e1s predica, confiesa, etc.).<\/p>\n Burlada provisionalmente la muerte, tuvo que aprender a vivir en la quietud m\u00e1s absolu\u00adta, abdicando de su libertad f\u00edsica y pasando a depender de los dem\u00e1s.<\/p>\n \u00abEst\u00e1s en manos de otros hasta para las nece\u00adsidades m\u00e1s elementales. Y cuesta. Tienes mie\u00addo a molestar a los que te rodean o a ser pesa\u00addo. Pero es imprescindible superarlo.<\/p>\n O autocompadecerte o pensar en lo que pue\u00addes hacer y no en lo que no puedes hacer. Y yo me dije: Dispongo de la vida, de la cabeza, de la in\u00adteligencia, de la voluntad, del coraz\u00f3n, es decir de lo m\u00e1s importante.<\/em><\/p>\n A los cuatro a\u00f1os del accidente comenz\u00f3 a dar clase a sus alumnos universitarios. Luis s\u00f3\u00adlo conserva movilidad en la cabeza. Todo lo ha\u00adce con la boca y con el inestimable auxilio de la tecnolog\u00eda. Se pone al ordenador y mueve el cursor soplando ante un dispositivo conectado al sistema. Y estudia, prepara sus clases, redac\u00adta charlas, etc.<\/p>\n La actividad que realiza es tan similar a la que llevaba antes que echa pocas cosas en falta.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n PARA TRABAJAR PERSONALMENTE Y EN GRUPO:<\/strong><\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" \u00abYa no hay nada que hacer\u00bb \u00a0 Christophe Roux: Una resurrecci\u00f3n En 1982 Christophe Roux se hab\u00eda desnuca\u00addo al tirarse al mar. Le fue diagnosticada una tetraplegia completa, es decir, una par\u00e1lisis permanente del cuello a los pies. Le auguraron una esperanza de vida corta y siempre al filo de la muerte. Ten\u00eda 20 a\u00f1os. 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