La oca de Navidad

1 diciembre 2013

El dibujante Zurbano nos envió ya hace años esta imagen que imita al juego de la oca y que él preparó como felicitación en las ya lejanas navidades de 1981. Pero no estará mal recuperarla ahora, pues la oca es un juego lleno de elementos simbólicos. En resumen de Antonio Páez, el juego de la oca simboliza el acceso del alma humana al Paraíso, es un trasunto del Camino de Santiago y simula el itinerario del espíritu que, tras las aventuras y desventuras de su viaje vital, vuelve desencarnándose al seno de la Magna Mater, o también, que representa el viaje post-mortem del alma humana hasta el cielo.

El juego, como el símbolo, entraña las dos ideas de separación y reunión. En el juego de la oca, la oposición se establece entre la forma generalmente cuadrada del tablero y entre la forma circular en la que puede inscribirse la espiral, una secuencia numérica que concluye en el denario final (la casilla central, cuya cifra es 64, donde 6+4=10), símbolo de la Unidad Principal que “engendra” todos los seres (el mundo manifestado) como la unidad matemática “produce” todos los números. La unión del cuadrado con el círculo, la estrella, el loto, los círculos concéntricos, el círculo con punto central, etc. “simbolizan el final del proceso de ‘salvación’ en las doctrinas tradicionales, es decir, la etapa de la vida espiritual en que se han eliminado las imperfecciones representadas por las figuras irregulares, y también los intereses vitales (monstruos, animales salvajes, pruebas –pozo, posada, laberinto, muerte… en el Juego de la Oca–) con la ayuda de elementos mágicos (puentes, dados, ocas…) que nos hacen avanzar o retroceder, hasta concentrarse en la unidad” (el espacio central del tablero, la meta del juego). Y la partida se vive como “rito de paso” o viaje ritual en un tablero que es imagen del mundo.

  • En este caso, se imita a la oca sin conservar el número tradicional de 64 casillas (sino solo 47), pero se mantienen los mismos elementos: paloma (en vez de oca), pozo, posada, laberinto, puente, dados, muerte… ¿Qué relación tiene cada uno de ellos con la Navidad?
  • Y hay un texto marginal: “Llegar a tocar el misterio de la Navidad supone recorrer un largo y a veces penoso camino, jugándoselo todo por el Evangelio”. Él nos da la clave. Podemos resumir todo al final a partir de esta frase. O partir de ella viendo cuál es el camino para lograrlo.
  • Podemos recorrer las casillas y centrarnos en lo que muestran. Por ejemplo: ¿En cuántas aparece María? Ver la primera (Anunciación) y la última (Nacimiento).
  • También aparece José: armando una cuna (3) y en el nacimiento final.
  • Y podemos actualizar otras: ¿Qué buena noticia trae ahora el heraldo (2).
  • ¿Qué otros personajes aparecen? Véanse y actualícense o relaciónense con otros episodios evangélicos: labrador (8), lavandera (9), tendero (11), pastor (22) [como el Buen Pastor], aguadora (23) [como la samaritana], nómada en el camello (27) o acampados (28) [”Acampó entre nosotros”), hombre que se calienta al fuego (35), la mujer sin rostro (38), pastor (45)…
  • Está también el poder (31) [¿Quién sería ahora?] y algunas estructuras de poder (19: castillo).
  • También aparece el gallo (17) [alguien le negará a Jesús antes de que él cante tres veces], las ovejas (30)… sin pastor.
  • Unos reyes (42) se ponen de camino hacia un lugar concreto (44) después de haber buscado sus regalos (40) [¿Cuáles son nuestros regalos?].
  • También los pastores descubren una luz (46). Después llevan prisa… por ver a Jesús. Y se lo comunican a todos.
  • Y está continuamente presente la paloma [hay diez distintas: número de omnipresencia total]. Es paloma de la paz (como la paz que anuncian los ángeles). [¿Qué diez frases de paz ha dicho después Jesús?] Y es el Espíritu presente desde el principio en la vida de Jesús…
  • Recuperamos la frase marginal: “Llegar a tocar el misterio de la Navidad supone recorrer un largo y a veces penoso camino, jugándoselo todo por el Evangelio”.

Herminio Otero

 

 

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