Inicio de curso: dos visiones para comenzar

1 septiembre 1997

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A/ Algo malo va a pasar

«Imagínense un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno a sus hijos y se advierte una expresión muy preocupada. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde:

– No sé. Pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo. Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son pre­sentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar y, en el momento en que va a tirar una carambola, sencillísima, el adversario le dice:

– Te apuesto un peso a que no la haces.

Todos se ríen; él se ríe. Tira la carambola y no la ha­ce. Paga su peso y le preguntan:

– Pero qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:

– Es cierto pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi mamá esta mañana sobre al­go grave que va a suceder a este pueblo.

Todos se ríen de él y el que se ha ganado el peso regresa a su casa, donde está su mamá o una nieta o, en fin, cualquier pariente, Feliz con su peso, dice:

– Le gané este peso a Dámaso de la forma más sencilla porque es un tonto.

– ¿Y por qué es un tonto? Dice:

– Hombre, porque no puedo hacer una carambola sencillísima estorbado por la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave iba a suceder en este pueblo. Entonces le dice la madre:

– No te burles de los presentimientos de los viejos, porque a veces salen.

La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella dice al carnicero:

– Véndame una libra de carne.

Y en el momento en que se la está cortando, agrega: – Mejor véndame dos, porque andan diciendo que al­go muy grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.

El carnicero despacha su carne y, cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:

– Lleve dos porque hasta aquí llega la gente dicien­do que algo muy grave va a pasar, y se están prepa­rando y andan comprando cosas.

Entonces, la vieja responde:

– Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras. Se lleva cuatro libras; y para no hacer largo el cuen­to, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando a que pase algo. Se parali­zan las actividades y, de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:

– ¿Se ha dado cuenta del calor que está hacien­do…?»

  1. GARCÍA MÁRQUEZ

B/ El valor de uno más

– ¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve?, preguntó un pájaro carbonero a una paloma.

– Nada. Ni un ápice, le contestó la paloma. Entonces el pájaro carbonero le contó la siguiente historia a la paloma.

«Estaba yo posado sobre la rama de un abeto, cerca del tronco y empezó a nevar. No era una ventisca, era una nevada plácida y suave como un sueño. Los copos de nieve caían lentos como balanceándose en la nieve. Como yo no tenía otra cosa que hacer, fui contando los copos mientras caían sobre la rama donde yo estaba sentado. Cayeron exactamente 3.751.952.

Cuando sobre la rama cayó el siguiente (nada de peso, ni un ápice como tu dices), la rama se rompió». Y dicho esto, el pájaro carbonero se marchó volando.

La paloma, toda una autoridad en materia de paz desde los tiempos de Noé, se puso a reflexionar. Pa­sados unos minutos dijo: «Quizá tan sólo haga falta la colaboración de una persona más para que la paz se abra camino en el mundo».

  1. KAUTER

 

 

  • Estasuotras historias pueden motivamos a la hora de iniciar el curso. Proponer, por ejemplo, estos dos textos an­tes de iniciar tareas concretas de programación de actividades (en un centro educativo, juvenil, parroquial, etc.).
  • Comentar sentimientos, ideas, impresiones… que nos sugieran. Al texto deGarcíaMárquez le faltan otras cuantas aventuras, hasta que la buena señora que amaneció con el mal presentimiento termina afirmando: «Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca». ¿Cuáles pudieron ser esas otras aventuras cuáles pode­mos imaginarnos que pasaron?
  • Construir alguna historia al revés de ambas: «Algo bueno va a pasar» y «La indiferencia de uno más».
  • Adaptar a la realidad vivida por el grupo de educadores, etc., las dos visiones presentadas: ¿qué sucedería en cada uno de los casos?
  • En nuestro ambiente, ¿cuál de las dos visiones domina? Intentar articular pasos concretos para pasar de la visión «algo malo…» a «el valor de uno más».

 

Xulio C. Iglesias

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