Seducidos y engañados

1 octubre 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Esta imagen proviene de la portada de la revista católica «The Tablet,, (12.7.97). Independientemen­te del contenido que allí ilustraba («Las naciones ri­cas conducen a las pobres a la muerte»), se puede emplear para descubrir y abordar todas las situa­ciones de dependencia, ya sean personales o co­lectivas.

La imagen es suficientemente gráfica. Será bue­no conducir las intervenciones para, después de centrarse en los elementos de la imagen, analizar realidades abstractas para aterrizar en situaciones concretas.

– La imagen

  •  Centrarse en la imagen y comentar: qué se ve, qué pasa ahí…
  • El origen:La imagen tienen un origen popular: zanahoria que se pone al burro delante de la ca­beza para que avance, pues siempre la estará deseando y nunca llegará a apresarla…
  •  Humanos o inhumanos:  Si está mal aplicar ese esquema (de motivación, de actuación…) a los animales, es peor cuando se aplica, como aquí, a las personas. Sin embargo se hace: ¿Quién, có­mo, cuándo y dónde… es cada uno de esos dos personajes?
  •  Los personajes: Cada una va vestido de forma diferente. Uno lleva el vestido del poder y parece honorable; el otro ni lleva vestido: se ha quedado sin nada. ¿Cómo han llegado a esa situación? ¿Qué hace que se mantenga?
  •  A cuatro patas: En ese sentida habrá que recor­dar el conocido adagio «Homo hominilupus» (el ser humano es un lobo para otro ser humano). Y entonces los dos se convierten en lobos, se ani­malizan. ¿Qué situaciones actuales lo reflejan o confirman?
  •  La zanahoria: La verdad es que es mejor motivar que dar palo. La zanahoria puede ser convertirse en un símbolo de motivación. ¿Pero no lo es también de manipulación? (Véase, además, lo que cada personaje hace con las manos).
  •  El palo: Si sólo se tuviera palo y no zanahoria, la actitud sería distinta: de palo y tentetieso. ¿Es una avance usar el palo para algo distinto de pe­gar con él?
  •  Las manos: Las cuatro manos están en acción. ¿Cómo y para qué las usa cada uno?
  •  La cartera: Puede ser el símbolo de la intimidad (fotos), de la identidad (carnés), de la capacidad adquisitiva (dinero, tarjetas, etc.) Todo eso desa­parece de alguien… para pasar a otras manos.

– La imagen y la realidad

  •  Decir después qué le sugiere a cada uno, con qué lo relaciona, qué situaciones traduce de la realidad.
  •  Centrarse en alguna de estas situaciones. ¿En qué se parece lo que refleja la imagen con diver­sas realidades concretas? Relacionarlo con:

– La política: partidos, promesas electorales, en­gaños.

– La religión: falsas creencias, intereses ocultos.

– La educación: dependencias, expectativas fal­sas.

– El trabajo: silencios y dependencias en el mun­do laboral, explotaciones. Capitalismo, neolibe­ralismo.

– El estudio: motivación, expectativas.

– Los medios de comunicación: televisión, cine, radio, prensa, publicidad, canciones.

– Los videojuegos: dependencias.

– Las relaciones sociales: racismo, xenofobia.

– Las relaciones interpersonales: entre amigos de la pandilla, entre compañeros de estudio o tra­bajo, entre novios.

– Las relaciones familiares (padres entre sí, pa­dres-hijos).

  • Tomar postura ante todas esas situaciones: buscar datos que las confirmen, poner ejem­plos, concretar situaciones, seleccionar en el periódico noticias o fotos que las reflejen… Y decir, en cada caso, quiénes son los persona­jes y quiénes serían el palo, la zanahoria, la cartera…
  •  ¿Qué tendríamos que hacer para que esa rea­lidad deje de existir? Y concretar: ¿Qué pode­mos hacer y por dónde empezamos?

 

Herminio Otero

 

 

 

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