Plegaria para planificar las vacaciones
Cuando unos cogen cinco días en julio, otros una semana en agosto
y otros una quincena en septiembre…
Tú, Señor, eliges todo el verano para estar conmigo.
Cuando unos optan por la playa, otros por la montaña
y otros por el pueblo de los abuelos…
Tú, Señor, escoges, sin ningún género de duda, mi corazón.
Cuando unos meten en la maleta una novela histórica, otros un libro de poemas
y otros el último bestseller aparecido en la feria del libro…
Tú, Señor, te tornas Palabra, Buena Noticia para mí.
Cuando unos se rodean de su familia, otros de su pareja
y otros de sus amigos para salir de vacaciones…
Tú, Señor, lo tienes claro y esperas paciente y amorosamente mi respuesta.
Cuando unos se decantan por el coche, otros por el tren
y otros por el avión para llegar a su destino…
Tú, Señor, haces dedo y esperas a que yo pase
y te abra las puertas de mi “co-razón.”
Cuando unos tienen que soportar grandes colas
para disfrutar de la primera línea de playa,
otros para ver un espectáculo y otros para visitar un museo…
Tú, Señor, me tienes reservado un pase VIP a tu lado.
Cuando unos se dejan asesorar por los amigos, otros por la experiencia de años pasados y otros por una agencia de viajes para salir de vacaciones…
Tú, Señor, un año más, has elaborado un plan para el verano,
pensando, única y exclusivamente, en mí.
Cuando unos valoran su nómina, otros sus ahorros
y otros lo que les queda de hipoteca…
Tú, Señor, derrochas generosidad y “tiras la casa por la ventana”
para pasar un verano inolvidable conmigo.
Cuando unos miran el número de estrellas del hotel,
otros el silencio y la comodidad
y otros las oferta culturales y gastronómicas…
Tú, Señor, te fijas, únicamente, en lo que a mí, durante este verano,
me puede hacer feliz.
Y cuando unos y otros, por vacaciones, cierran sus vidas y desconectan sus corazones…
Tú, Señor, abres de par en par tu corazón,
dispuesto a que juntos, Tú y yo, pasemos un verano de ensueño.
J. M. de Palazuelo
