Cuando venga el Hijo del hombre, examen en mano, con todos sus ángeles y separe a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, entonces… entonces, amigo mío, ya no habrá más septiembre, ni más recuperaciones, ni más cambios de fechas. Mas no te preocupes:“hacer chuletas” es muy fácil y, si te aplicas, el día de la verdad no te quedarás con “el corazón en blanco,” te lo aseguro.
Aquí te muestro una; tú únicamente tienes que cambiar el nombre del Señor por alguno de tus hermanos (otra ayudita, para que luego no te quejes: Jesús suele “tener enchufados” a tus hermanos más pequeños, más necesitados; éstos puntúan más que los otros)…
¡Allá va la chuleta! Jesús, el Maestro, te pondrá un examen muy parecido a éste. ¡Toma nota!
Amigo, ya solo te queda aumentar esta chuleta, agregando cada día, el número de más hermanos que te necesitan… Te aseguro que, si así lo haces, el día del gran examen no la necesitarás sacar, y Dios, orgullosísimo, te pondrá Matrícula del Reino…
J. M. de Palazuelo