“CHULETA” PARA EL EXAMEN FINAL

1 junio 2009

Cuando venga el Hijo del hombre, examen en mano, con todos sus ángeles y separe a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, entonces… entonces, amigo mío, ya no habrá más septiembre, ni más recuperaciones, ni más cambios de fechas. Mas no te preocupes:“hacer chuletas” es muy fácil y, si te aplicas, el día de la verdad no te quedarás con “el corazón en blanco,” te lo aseguro.

Aquí te muestro una; tú únicamente tienes que cambiar el nombre del Señor por alguno de tus hermanos (otra ayudita, para que luego no te quejes: Jesús suele “tener enchufados” a tus hermanos más pequeños, más necesitados; éstos puntúan más que los otros)…

¡Allá va la chuleta! Jesús, el Maestro, te pondrá un examen muy parecido a éste. ¡Toma nota!

Documento: – Porque me encontraba muy “pillao” preparando el desayuno, duchando al pequeño, haciendo las camas, y tú viniste a echarme una mano.
– Porque al bajar por el ascensor iba un tanto triste, y tú simplemente me sonreíste y me diste un cariñoso apretón de manos.
– Porque estaba cansado, y tú me cediste el asiento en el bus.
– Porque me olvidé el libro de Matemáticas, y a ti no te importó compartir el tuyo.
– Porque estaba solo en el recreo y, sin preguntarme nada, tú me ofreciste compañía.
– Porque nadie quería cambiarme el turno de trabajo, y a ti no te importó hacerlo, aun sabiendo que ibas a tener “bronca” en casa.
– Porque estaba un tanto “depre,” y tú dejaste a los amigos de siempre y viniste a almorzar conmigo.
– Porque nadie se acordaba de mí y tu me pegabas “toques” todos las tardes.
– Porque me pasé con el alcohol y tú no dejaste que cogiera el coche.
– Porque me viste “chapado a la antigua”, y a ti no te importó deshacerte de tu sudadera y de tus deportivas de marca.
– Porque no me dejaban entrar en la “disco”, y tu cambiaste tus planes, dejando a tus amigos “tirados” para no dejarme solo.
– Porque venía de muy lejos y no conocía a nadi,e y tú no paraste hasta convertirme en uno más de la pandilla.
– Porque “metí la pata hasta dentro” y tú me perdonaste, como si nada hubiera sucedido.
– Porque me escayolaron un pie y tu te quedaste todas las tardes haciéndome compañía.
– Porque el dinero no me llegaba para la entrada del cine y tú me la compraste, dejando para otra vez las palomitas y la coca cola....

Amigo, ya solo te queda aumentar esta chuleta, agregando cada día, el número de más hermanos que te necesitan… Te aseguro que, si así lo haces, el día del gran examen no la necesitarás sacar, y Dios, orgullosísimo, te pondrá Matrícula del Reino…

J. M. de Palazuelo

 

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