Esta imagen está tomada de la publicación Sapos y princesas (Diciembre 2008, 79), una revista y página web con Ideas para padres y para niños [Véase su página http://www.saposyprincesas.com].
Reciclar
Allí estaba propuesta esta imagen como un juego. Decía: “Durante las fiestas (de Navidad) se generan más envases de lo habitual y es muy importante reciclarlos. Para aprender a separarlos bien, coloréalos como más te guste y rodea luego cada uno de ellos con un rotulador amarillo, azul o gris, dependiendo del contenedor en el que haya que depositarlo.”
Para facilitar la tarea, daba algunas pistas como recordatorio [Nosotros incluimos un número al lado de cada objeto para facilitar el trabajo]:
- Contenedor amarillo: “En él deberás depositar sólo envases de tres tipos: envases de plástico (botellas de refrescos o agua, detergentes, bolsas de plástico, botes de yogur…), envases metálicos (latas de conservas y refrescos…) y envases tipo brik (de leche, zumos, sopas…)” [1, 2, 4, 5, 12, 13]
- Contenedor azul: “Deposita aquí los envases de cartón bien plegados (cajas como las de galletas o zapatos, bolsas de papel, etc…), hojas, periódicos…” [6, 10, 11]
- Y señalaba los tres objetos que han de ir al contenedor gris: el juguete roto, la chaqueta rota y el CD. [3, 7, 8] (¿Qué es el 9? ¿Dónde lo agrupamos?)
- Pues eso mismo se puede hacer, especialmente con los más pequeños, no sólo en Navidad sino en cualquier periodo del año: agrupar los objetos según el grupo en el que han de ser incluidos para su reciclaje.
- Antes de reciclarlos, hay que descubrir cuál fue su uso. No centramos en descubrir si hemos practicado las dos primeras reglas de las tres “erres”: Además de reciclarlos, ¿hemos reducido su consumo? ¿Los hemos reutilizado?
- Y concretamos cómo podemos hacerlo. Ponemos ejemplos concretos a partir de nuestra vida.
- Habrá que recordar que vivimos en una situación de privilegio: ¿Cuántos de esos objetos no los podría reciclar un niño del Tercer
Reciclarnos
Pero los trece objetos de la imagen tienen otras muchas posibilidades, sobre todo para examinarnos a nosotros mismos, ver cómo ha sido nuestra vida, cómo es ahora y cómo queremos que sea. Ofrecemos algunas sabiendo que son objetos que nos hablan, que reflejan algún aspecto de lo que somos, que… pueden tener vida.
- Centrarnos en la imagen: ¿De qué va…? ¿Qué nos sugiere esa selección de objetos?
- Esos objetos han tenido un uso y ahora no lo tienen. ¿Cuáles serían los sentimientos de cada uno de ellos si los tuvieran? O de otra forma: ¿Cuáles eran los sentimientos cuando estaban nuevos (llenos) y ahora?
- ¿A qué objeto me parezco yo? Elijo tres que reflejan algún aspecto de mí mismo. Y elijo otros tres que reflejan algún aspecto que no me gusta en mí ni en mi gente.
- Lo mismo de otra forma: Cuento mi vida a partir de tres (o más: pueden ser todos) objetos que ahí están. Incluyo algunos para mi vida de futuro: “De pequeño yo era como… porque… Después yo fue… Ahora yo soy… De mayor yo quiero ser como… porque…” Lo mejor sería ponerlo por escrito.
- ¿Qué objeto regalaría a cada miembro del grupo? ¿Por qué?
- ¿Cuál regalaría a mis profesores? ¿Y al párroco? ¿Y al obispo? ¿Y al alcalde de mi pueblo o ciudad?
- Necesitamos tomar ciencia de cuál es nuestro nivel de consumo: volumen de basura que generamos. Lo hacemos a partir de estos objetos…
- Son objetos para reciclar… ¿Es importante hacerlo? ¿Cómo lo hago yo en la vida real? ¿Por qué? ¿Cómo debería hacerlo? ¿Reduzco también su consumo? ¿Los reutilizo? Ponemos ejemplos concretos y concretamos acciones específicas.
- Oramos a partir de uno de los objetos: “Señor, y soy como… Ayúdame a… Gracias por…”
- Resumo todo lo que ha salido ¿En qué necesito reciclar mi vida? ¿En qué necesitamos reciclarnos como grupo?
Herminio Otero