El castillo ambulante

1 octubre 2007

Hauru no ugoku shiro, 2004. Dirección: Hayao Miyazaki. Guión: Hayao Miyazaki; basado en la novela de Diana Wynne Jones.

Producción: Toshio Suzuki. Música: Joe Hisaishi. Fotografía: Okui Atsushi.

Montaje: Takeshi Seyama. Dirección artística: Yôji Takeshige y Noboru Yoshida.

Actores: Sophie, Howl, La Bruja de las Landas, Calcifer, Marko, Suliman, Hihn, Navet.

El cineasta Hayao Miyazaki, nacido en Tokio en 1940, ha ido consolidándose como uno de los creadores más importantes del cine de animación. Desde que se enrolara en 1963 en el estudio Toei Douga, su nombre está unido a muchos de los clásicos de la animación japonesa hasta desembocar en una obra cada vez más reconocible y admirada: El castillo de Cagliostro (1979), Nausica del Valle del Viento (1984), Laputa: El castillo en el cielo (1986), Mi vecino Totoro (1988),Nicky, la aprendiz de bruja (1989), Porco Rosso (1992), La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004).

En su obra son elementos constantes las huellas de la guerra vivida en la infancia, el crecimiento industrial que amenaza el entorno natural, las máquinas voladoras, los protagonistas infantiles y juveniles, el contrapunto de los adultos, la combinación de los elementos fantásticos y del hiperrealismo, los conflictos dramáticos que se resuelven felizmente, el interés narrativo que no desdeña transitar los valores básicos…

«La idea de presentar el mal y luego destruirlo se considera algo habitual, pero a mí me parece perniciosa. La idea de que cada vez que aparece algo malo puede responsabilizarse y castigarse por ello a alguien en particular, tanto en la vida como en la política, no tiene sentido. Al igual que el mundo, que tiene sus propios ritmos y leyes, la naturaleza humana no es algo que pueda explicarse o juzgarse con facilidad. Sobre el final de la película, un personaje, un hombre que pasó la mayor parte de la historia como un espantapájaros mudo cuya cabeza se hizo con un nabo gigante…, dice: «Una cosa de la que podemos estar seguros es que el corazón cambia.»

La joven Sophie, a pesar de sus dieciocho años, se afana sin descanso en la sombrerería del padre fallecido. Su monótona vida cotidiana se ve sacudida después del desafortunado encuentro con la Bruja de las Landas. La nueva anciana tiene que adaptarse a la insólita transformación que le permite adentrarse en una vida repleta de aventuras. El atractivo y poderoso mago Howl, el ambulante castillo mágico, el joven aprendiz del mago Marko, el demonio del fuego el demonio del fuego, formarán parte del nuevo escenario.

«Los premios no significan nada para mí. Me da más satisfacción que un niño conozca alguna extraña criatura como una araña acuática que respira por la espalda que todos los premios que puedan darme. Para mí es importante mostrarle a los chicos que todo lo que existe en el mundo tiene vida y mantener esa clase de sensibilidad con respecto a los animales, a las criaturas, a los árboles.»

Pistas para la reflexión

  1. ¿Qué elementos comunes apreciamos en las películas de Hayao Miyazaki: grupos sociales, personajes, objetivos, situaciones, conflictos, escenarios, épocas, técnica? ¿Y valores?
  2. ¿Cuál es la situación inicial de Sophie y la de Bastian Baltasar Bux de La historia interminable de Michael Ende (adaptada al cine en 1984 por Wolfgang Petersen)?. ¿Cómo se transforma su mundo y su personalidad? ¿Qué deben conseguir? ¿De qué medios se valen? ¿Qué persiguen ambas historias?
  3. ¿Cómo son los personajes que se relacionan con Sophie? ¿Qué necesitan y qué aportan en las tareas comunes? ¿Cómo se complementan? ¿Cómo se relacionan con los de El mago de Oz de L. Frank Baum (adaptada en 1939 por Victor Fleming)?

 

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