Este dibujo de Victoria Martos ilustraba un reportaje en Aridana, suplemento de informática de «El Mundo» (29.11.01). Se refería a la generación de telefonía móvil que se preparaba para ser la estrella de las cercanas navidades de ese año. Y se centraba en concreto en el GPRS, que estaba a medio camino entre el teléfono GSM y que tenía casi las mismas características de navegación por Internet que el UMTS. Al margen de este origen, podremos emplear la imagen de forma simbólica y en múltiples direcciones. Apuntamos algunas.
La imagen
- Presentar la imagen al grupo. ¿Qué vemos? ¿Qué nos dice? ¿A qué nos suena?
- Con esas tres preguntas ya nos centramos en parte de lo que vemos en la imagen: oído, ojos, boca… de algo que tiene rostro humano. ¿Qué nos sugiere todo eso?
- La imagen se refiere claramente a un teléfono móvil (en otro sitios llamado «celular»), pero sale también un cable con auricular… Sobraría en un teléfono móvil, pero ahí está: ¿Qué puede significar? ¿Sobra o es un adminículo de repuesto por si nos falta lo esencial?
- Para ser rostro humano más completo, le falta la nariz. Pero está sustituida por esa pantalla de pantallas: múltiples iconos para múltiples funciones. ¿Qué puede significa?
- La superficie del teléfono está formada por nubes. ¿Con qué lo podemos relacionar? ¿Ondas invisibles pero reales en el espacio?
- Este teléfono no tiene teclas… Tenemos todo y nos falta lo esencial: ¿Cuál es?
El teléfono y nosotros
- ¿En qué nos parecemos las personas a un teléfono (normal)?
- ¿En qué se parece este teléfono en concreto a nosotros? O mejor, ¿en qué nos parecemos nosotros a él? Nos vamos centrando en partes. Se pueden seguir las pautas dadas en el apartado anterior.
- Escribir un relato titulado «Cara de teléfono» en el que se refleje cómo somos, qué nos pasa, cómo funcionamos, qué sentimos, qué esperamos, cómo nos comunicamos o nos incomunicamos… las personas. O sencillamente un relato o parábola cuya ilustración sea esa imagen.
- ¿En qué se parece ese teléfono a cada uno de nosotros? Podemos responder a partir de lo que se señala en las pautas siguientes, que también se pueden aplicar a otras realidades.
- Oír y escuchar
ú ¿Cómo escucho? ¿Cómo me siento escuchado y por quién?
ú ¿Qué me gustaría escuchar que no he oído? ¿Qué me gustaría que dijeran de mí personas concretas: mis padres, determinados amigos, profesores, tal persona concreta?
ú ¿Qué me han dicho que me hubiera gustado no tener que escuchar? ¿Necesito estar oyendo algo en todo momento?
ú ¿Cómo me llevo con el silencio? ¿Qué hago para escuchar lo que habitualmente no se oye?
- Ver y mirar
ú ¿Qué me gusta ver? ¿Qué hubiera gustado no tener que haber visto?
ú ¿Quién me ha enseñado a ver la vida? ¿Con qué ojos? ¿Veo la vida y a la personas con buenos ojos?
ú ¿Contemplo además de ver? ¿O miro sin ver?
ú ¿Me fijo en los detalles de las personas y a la vez voy a lo esencial?
- Tener olfato
ú La pantalla ocupa el lugar de la nariz y está ocupada por iconos…
ú Nos centramos en los iconos. ¿Qué puede significar cada uno?
ú Trabajamos pues a partir de cada uno de ellos. Sugerimos tan sólo una pregunta por icono sabiendo que las preguntas pueden ser más y, sobre todo, distintas: ¿En qué nos gustaría volver a empezar? ¿Qué nos gustaría borrar o detener de lo que nos han dicho, de lo que hemos dicho o hecho…? ¿Qué mensaje nos gustaría recibir o enviar? ¿Cuál sería nuestra dirección simbólica y significativa? ¿Con qué tendría que contar o desconectar? ¿Qué mensajes me gustaría escuchar (de los demás, de mis padres, de Dios…)? ¿Cuáles son mis preguntas más inquietantes y en qué necesitaría ayuda? ¿Qué direcciones tengo para seguir en la vida y cuál sería mejor que siguiera? ¿Qué tendría que borrar? ¿En qué tendría que profundizar y por lo tanto acercarme y detenerme en ello con más detenimiento? ¿A qué tengo que esperar? ¿En qué me confirmo y digo OK?
- Hablar y callar
ú ¿Me gusta más hablar o callar? ¿Me cuesta más hablar o callar?
ú ¿Qué me hubiera gustado decir en alguna ocasión que no dije?
ú ¿Sobre qué tendría que haber guardado silencio y no callé?
ú ¿Quién o qué me ayuda a hablar y expresarme con facilidad?
ú ¿Qué puedo decir de los demás (por ejemplo del grupo, o de mi familia) que sé que les gustaría escuchar?
ú Inventar algún mensaje tipo móvil: que enviaríamos al mejor amigo, al cura que queremos, al obispo ejemplar, al político coherente, a nuestros padres… Poner otros destinatarios comunes (todos al mismo, según se diga en el grupo) o personales (que cada uno elige).
Otras funciones
- ¿Está nuestro teléfono –el teléfono que somos– habitualmente operativo? ¿Cómo se carga?
- Yo no tengo móvil. ¿Y qué?
- ¿Cómo va nuestra conexión con Dios? ¿La tenemos abierta… en todo momento? ¿Cómo la aprovecho? ¿La cierro, minimizo, maximizo, estoy en conexión…?
Herminio Otero