Hazle un regalo a tu amigo/a

1 diciembre 2001

La Navidad es un tiempo que nos ayuda a conectar con muchos valores que tenemos olvidados durante el tiempo ordinario de nuestra vida. Muchos de nosotros, todavía, creemos que el tiempo de Adviento (pre-Navidad*) y de Navidad es una ocasión muy interesante para subrayar vivencias, valores, intuiciones que están presentes en nuestra vida. Aún así no somos ilusos y nos damos cuenta del poder –y peligro–  de un ambiente «comercial no-navideño-cristiano». Pero sumando los pros y los contras creemos viable apostar educativamente por este tiempo original y lleno de valores cristianos explícitos.

Un valor a potenciar es la gratuidad. En Navidad celebramos que Jesús nace «gratis» para todos y para todas. Relacionando el dato con la tradición de la Epifanía –«el día de los Reyes Magos»–, regalar o regalarnos algo es muy interesante. Tomando estas dos ideas-valores-intuiciones de nuestras vivencias navideñas, surge esta propuesta de actividad que ya se realiza en muchas ludotecas y centros juveniles de tiempo libre educativo.

Durante el período navideño de vacaciones escolares se les oferta a nuestros destinatarios la posibilidad de realizar con sus propias manos un regalo, detalle –«cariño» que dicen por Latinoamérica– para una persona querida.

La propuesta es sencilla. Dependiendo del número de animadores y animadoras disponibles y con dominio de una técnica concreta, se hace la propuesta de realizar un taller de marquetería, de creación de postales navideñas originales, de figuras de barro o de otro tipo de  material, etc. Sugerimos que la actividad no dure más de un par de horas y que se realice durante varios días de la semana, para que cuantos lo deseen puedan  participar en varios, y que no obligue a una continuidad difícil de mantener en estas fechas vacacionales.

 

Los objetivos son claros:

  • El regalar por regalar a un ser querido algo, sin pedir nada a cambio. Le recordamos y se lo entregamos en navidad.
  • Descubrir el regalar algo artesanal, propio, hecho por nosotros mismos, con la única finalidad de que es para ti, incluso hasta en el detalle de la envoltura daremos nuestro «toque personal».
  • Potenciar nuestras pequeñas y grandes habilidades, en grupo, equipo, comunidad… y descubrir que entre todos resulta más fácil la tarea que nos proponemos.

 

La organización de esta propuesta es también muy sencilla. Sondeamos entre nuestros equipos de animación qué técnicas de manualidades dominamos. Hacemos una selección basándonos en la duración y en la utilización de materiales de desecho o comunes, de los que todos disponemos. Las fechas las propondrán los propios animadores y animadoras en un horario aceptable para estos días (por ejemplo: a última hora de la mañana o a primera de la tarde). Durante una semana de lunes a viernes o durante unos días, proponemos diversos talleres destinados a nuestros destinatarios.

Sentirnos «Rey Mago», durante unos días, en la realización y en la entrega de nuestro pequeño pero gran detalle-regalo a alguien que no espera nada de nosotros porque no es su cumpleaños o santo…, es una experiencia que no debemos olvidar nunca… y menos en Navidad.

Una adaptación de esta sencilla propuesta sería realizar pequeños regalos para niños y niñas que no van recibir ningún regalo en Navidad. Dar a conocer esa realidad y comprometernos, puede ser una finalidad de estos talleres de manualidades. Construir juguetes sencillos y regalárselos a los que no van a recibir nada en nuestra ciudad es, sin duda, una alternativa o, mejor, «camino de Navidad».

                                                            Xulio C. Iglesias

 

* Realmente Adviento-Navidad, pues en los centros de educación formal, sin querer o queriendo, la Navidad se traslada al Adviento. Nuestra pastoral escolar tiene necesidad de llegar a Belén antes del 24 por la noche… También la sociedad se adelanta y nos inunda –publicidad, comercio, ayuntamientos…– de mensajes navideños desde principios de diciembre o finales de noviembre, incluso. No lo tomemos como algo negativo sino como un buen reto a nuestra creatividad pastoral.

 

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