Recomendamos la obra de Nicolás de la Carrera Buscando a Dios entre las luces (BAC, 2000) para cultivar la sensibilidad poética y aprender a orar desde la vida. En él se aportan decenas de poemas de poetas actuales que nos enseñan a gritar asombrados, conectar con la respiración de las cosas, descubrir a Dios en la belleza o en la música, en el dolor o en la solidaridad, siempre desde el embeleso de la confianza.
¡ Resume el autor: «Es un libro escrito desde la fe, no tanto buscando a Dios cuanto encontrándolo en los niños, la naturaleza, la música, el dolor, los lugares sagrados, la poesía, la belleza, el erotismo, los pequeños aconteceres de cada día…»
¡ Y Pedro Casaldáliga dice: «Gracias, Nicolás. Nos has dado un bello regalo… Un auténtico breviario de oración y de belleza, un libro acompañante que ayuda a meditar el levanta el ánimo hacia el Buscado que nos busca, con Quien nos encontramos siempre con sólo quererlo humildemente, confiadamente».
Entresacamos del libro estos dos poemas:
Yo soy el centro
Ya no es posible detenerme para saber lo que retorna Y la tierra viene conmigo, viene conmigo la mar honda, vienen conmigo los rebaños de vagas nubes que el sol dora, vienen los árboles del bosque que se despiertan en la sombra… Ando delante y ellos siguen todas mis huellas y las borran. Vienen conmigo porque saben que algo celeste me corona y que en mi pecho Dios ha hundido una semilla misteriosa.
Yo soy el centro donde todo ha de volver en cada cosa.
José Luis Hidalgo |
Este jardín
Rezo mirando hacia arriba, rezo mirando hacia adentro. Junto al ciprés pensativo, junto a las ramas de un fresno.
Dentro de estas sombras guardo tan recogido silencio que busco mi corazón y en una rosa lo encuentro.
Me estoy quedando vacío de tanta flor como veo. De mí nacen y no sé cómo es que nacen tan lejos.
Este jardín donde estoy siempre lo llevé en mi pecho.
Manuel Altolaguirre |