- Objetivos
– Presentarnos, hacer grupo y descubrir a Jesús del que llevamos «semillas» cada uno de nosotros y al que vamos a buscar y construir un poco más a lo largo del nuevo curso.
– Tomar conciencia de la unidad entre nuestra vida humana y nuestra vida cristiana: crecer como personas y como grupo es hacer crecer a Jesús; hacer a Jesús es hacer grupo.
– Agradecer la presencia de Dios en cada uno, en todos y todo.
- Materiales
– Folio con las fotos y nombres de los componentes del grupo. En la otra cara del mismo folio, hay un rostro de Jesús; se trocea, respetando la foto y el nombre de cada uno.
– Celo para unir, en su momento, las fotos hasta rehacer el folio y poderle dar la vuelta.
– Algunas cuartillas y bolis para escribir en pequeños grupos. Fotocopia, si se cree conveniente, de la Palabra de Dios.
- Desarrollo
- Nosotros…
Tras un saludo de bienvenida, se reparte a cada uno la foto que le toque en suerte (que no sea la suya). Cada uno dice su nombre. A continuación cada uno dirá algo positivo (afición, cualidad…) de aquel compañero del que le ha tocado la foto. Un juego (estilo «Naranja-limón»), en este momento, puede hacer que los rostros del grupo se mezclen un poco más.
- Somos un grupo
Se invita a que cada uno vaya poniendo en orden (alfabético o…) la foto del compañero hasta que estén todas juntas en el mismo folio. Se unen las fotos y se les da la vuelta…: aparecerá el rostro de Cristo. Hecho el gesto se interpela al grupo: ¿Qué sugiere este gesto, esta parábola?
– Cada uno llevamos-somos algo Jesús: yo y cada compañero. Lo llevamos oculto.
– Se trata de descubrirlo, mirando «de otra manera». A Jesús hay que hacerlo entre todos, cuanto más unidos mejor «sale» Cristo.
– Todos somos necesarios. Aquí no sobra nadie. Todos pobres, necesitados de los demás.
– Todos importantes, todos valiosos, todos respetables… Donde menos te lo esperas puede aparecer Jesús. Hacer grupo es hacer (de) Jesús.
– Construirme como persona es construir Jesús. Para construir hay que juntar piezas con «algo», se requiere colaboración, paciencia, tiempo…
– Si destruyes Jesús, te destruyes a ti mismo y a los demás.
– Amar al otro es amar a Dios; comulgar de verdad con Dios lleva a aceptar al otro… Yo también soy responsable del otro y hasta, en cierta manera, de Dios…
- Un grupo que busca y escucha a Jesús
Se invita al grupo a ponerse en presencia de Jesús. Él está, aunque a veces como en el juego de las fotos esté oculto y nos cueste descubrirle. Escuchemos a Jesús que se presenta:
- «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños» (Mt 11,25).
- «E1 Reino de Dios es semejante a un tesoro escondido en el campo…» (Mt 13,44).
- «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón. Este es el mayor mandamiento. El segundo es semejante a éste: amarás al prójimo como a ti mismo» (Mt 22,37-38).
- «Estad atentos porque no sabéis cuándo aparecerá el Señor» (Mt 24,42). «Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber… Lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos a mí me lo hicisteis» (Mt 25,35.40).
Se comenta la Palabra de Jesús: ¿Qué nos dice en estos textos? ¿Ves alguna relación entre lo que dice aquí Jesús y todo lo anterior (fotos nuestras con un «trozo de Jesús detrás», etc.)?
- Un grupo que responde a Jesús…
en un momento de silencio cada uno reza a Jesús por los compañeros, sobre todo por aquél que a cada cual le tocó en la foto al inicio del encuentro (música suave de fondo, 3 ó 4 minutos). Se anima la oración personal con frases oracionales como éstas: Señor, gracias por…(estar entre nosotros, necesitarnos, contar con todos y cada uno…); Señor, te pido por… (ese compañero al que me cuesta aceptar y valorar); Señor, ayúdame a… (saberte reconocer en cada persona, construirme como persona…).
Por último, se invita al grupo a que se lleven sus fotos y la de Jesús, y las pongan en un lugar visible para que les sirva de recordatorio y de compromiso.
JOSÉ SORANDO