Cada año volvemos a darle vueltas a lo de la Navidad. También lo hacemos en este número de Cuaderno joven desde casi todas las secciones, comenzando por las palabras prestadas de esta misma página. Las primeras corresponden al olvidado Ladislaus Boros.Las segundas pertenecen a «Alandar» (diciembre 1997). Con ellas queremos situar el misterio y sentido de la Navidad.
Se hizo hombre
«Hoy brillará una luz sobre nosotros» (ls 8,1). El Hijo de Dios se hizo hombre, de noche, hace dos mil años, en un pueblecito, en Belén. Se le puso en un pesebre y se le envolvió en pañales. Su madre le amamantó. Era como todos los niños pequeños: un diminuto fragmento de vida, sin amparo. Aceptó totalmente nuestra indigencia.
Más tarde pasó una vida apenas notada, fue ignorado y mal entendido. En todas partes tropezó con incomprensión, más aun, con hostilidad: abandonado a la pobreza, rodeado de hombres de poca monta, en cierto modo encarcelado por una muralla de insensatez.
Nuestro Dios se hizo radicalmente pequeño. Este ser pequeño e insignificante de nuestro Dios es un misterio. De este modo, Cristo ha convertido la humanidad en la ley fundamental de la «nueva creación».
Éste sería el misterio de la Navidad, como entonces se mostró en Belén.
Ladislaus Boros
Feliz Navidad
Antes de que algún periodista progre escriba algún artículo diciendo que la Navidad es una fiesta romana ligada al solsticio de invierno, antes de que algún comentarista ilustrado filosofe sobre el aburrimiento de tener que festejar por obligación, nos apresuramos a coincidir con el primero y a disentir del segundo.
La fiesta de la Navidad es de todos por su simbología a todos atañe: el invierno no ha de salir victorioso, el sol no caerá derrotado. Siempre, para quien la espera y la desea, la primavera levantará su vuelo. Si los cristianos conocemos el alcance real de esa esperanza, ésta es nuestra única ventaja, que estamos dispuestos a compartir con todo el que lo desee.
Lo que fundamenta nuestros motivos de fiesta es tan sencillo como universal: Nos ha nacido un Niño, se nos ha dado un hijo. Por ello, con verdadero espíritu de fiesta, les deseamos ¡Feliz Navidad!
«Alandar» (Dic. 1997)
Porque esto es así, porque queremos que sea así, Cuaderno joven ofrece varias secciones para centrarnos en la Navidad. Es nuestra forma de desear a todos ¡Feliz Navidad! Tendremos que recordar que sólo será así cuando hagamos más felices a los demás.