ABECEDARIO DEL BOTELLÓN

1 junio 2007

A veces es bueno abrir bien los oídos y el corazón y cerrar con contundencia los labios…, ¡y esta es una de ellas!

Buscáis algo diferente ¿estáis cansados de los mismos botellones de siempre?

Citad al gabinete de vuestros corazones a una reunión de urgencia.

Desterrad por unos instantes de vuestras mentes el “esto es una bobada” o el “vaya rollo” o el “ya nos lo sabemos”.

Escuchad con suma atención:

Fin de semana: parque, litronas, amigos, alcohol… ¿Os situáis?

Ganas de reír, de gritar, también ganas de marcharos a casa, de dormir “la mona…” ¿Os situáis ahora mejor?

Ha llegado el momento, amigos, de poner manos a la obra.

Imaginaos un botellón con:

Jóvenes de distintos países, de diferentes culturas, de diversas ideologías…

Kilos de amor, de comprensión, de tolerancia, de respeto.

Litros de ilusión, de sonrisas, de buen rollo.

Movida hasta las tantas sin necesidad de pasar la resaca del día siguiente.

Noches inolvidables que pasaran a los anales de la historia por cuanto disfrutasteis sin “meteros más que amigos por un tubo.”

Ocasión única para reivindicar vuestras ganas de vivir

Preguntaos ahora:

Qué sucedería si al botellón de todos los fines de semana le quitarais algo de alcohol y le introdujerais:

Risas, y además en abundancia

Saludos, abrazos, besos…

Te quiero, lo siento, gracias, anímate, estamos contigo, vente con nosotros…

Un botellón en el que todos:

Vosotros, nosotros y…

Y ellos, sin exclusiones, sin rivalidades, podamos:

Zambullirnos de cabeza y, sobre todo, de corazón en el Gran Botellón de la Alegría, de la Tolerancia, de la Fraternidad.

¿Imposible? ¿Irrealizable?… ¡Vosotros mismos!

Pero sabed que todas las grandes obras, los grandes sueños empezaron a forjarse en pequeños grupos (como el vuestro) que no tiraron nunca la toalla, que jamás escurrieron el bulto, que nadaron contra corriente.

El mundo cambiará sólo cuando dejéis de sentiros una consecuencia de él y decidáis ser su causa. Además, la mayor derrota no consiste en no superar un reto, sino en no intentarlo. ¡Ánimo!

José María Escudero

 

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