Alabado seas, Padre
Que sembraste la esperanza en mi corazón,
Aunque yo no descubría huellas ni camino
En las rocas bajo el mar
Alabado seas, Padre
Que me has enviado a tu Hijo:
Él camino conmigo
Y lleva toda la carga de mi pecado.
El está al lado de mis caminos de amistad,
Acompaña mi canción de libertad.
Dame, Señor, tu espíritu de luz,
Enséñame a avanzar,
Tanto a la luz de luna menguante
Como el sol esplendoroso.
Enséñame a mirar adelante,
Sin confundir el ayer con el mañana.
Enséñame a encontrar en la pared rocosa
El pequeño apoyo que me abra el camino a la cima.
Dame, señor tu espíritu de fortaleza.
Da a mis brazos, cansados tras tantos esfuerzo vano,
De nuevo, rescor juvenil
Para plantar mil árboles jóvenes para un mundo nuevo.
Que mi sudor se mezcle con el tuyo en Getsemaní,
Mi sangre fluya con la tuya en Gólgota,
Para irrigar el mundo reseco de injusticia y egoísmo.
Alabado seas, Padre
Que me llevas hasta la meta,
Camino de Meaux,
Donde al cenar en el plato común
Brilla de pronto el rostro del Resucitado
Irradiando paz y alegría
CARDENAL ROGER ETCHEGARAY
PRESIDENTE DE JUSTICIA Y PAZ