Apuesta por los jóvenes

1 julio 1998

  • La juventud es pluriforme

No hay un tipo único de joven, sino mu­chas formas de ser un joven. Entre los jó­venes hay de todo, como en botica.

  • Los jóvenes siguen siendo idealistas

Les preocupan los problemas de nues­tro mundo y siguen vibrando ante proble­mas como el hambre, la guerra, la injusti­cia. El voluntariado es la forma de mani­festar esa solidaridad.

  • Los jóvenes son consumistas

Por muy libres que quieran ser, no pue­den escapar al cerco al que nos somete es­te fenómeno de nuestro tiempo y se dejan ganar fácilmente por él.

  • Alejados de la Iglesia

No son irreligiosos, pero van por libre. Quieren entrar en contacto con Dios sin in­termediarios. Necesitan ser evangelizados.

  • Liberales en moral

Su individualismo y sus ansias de liber­tad les llevan a sacudirse muchas de las viejas costumbres y normas religiosas y sociales. Su forma de ver la vida se puede sintetizar en esta frase tan socorrida de «con mi cuerpo hago lo que quiero».

  • Viven el presente

El futuro es negro para muchos de ellos, de ahí que lo que prime sea el vivir el pre­sente, con los menos rollos posibles.

  • Buscan valores

Necesitan algo que les llene. Muchos llenan su vida de droga, alcohol o sexo, pero buscan y desean al mismo tiempo al­go más consistente.

  • No les va la política

Prefieren trabajar por el mundo desde plataformas libres y menos partidistas.

  • Son una fuerza social

A pesar de su debilidad económica y de su escasa economía forman un grupo compacto. No sé hasta qué punto son de­cisivos en la marcha de la sociedad, pero son una fuerza dinamizadora y hay que contar con ellos.

  • Son el futuro

Merece la pena apostar por ellos porque son el relevo. Cuanta más responsabilidad se les dé, mejor marchará la sociedad.

 

MANUEL G. RIPADO

 

PARA HACER

  1. Este decálogo lo escribió el autor a modo de despedida después de unos cuantos años tratando temas relacionados con la adolescencia y la juventud en la revista Reinado Social (Diciembre 1997). Precisa­mente estos diez puntos sintetizan lo que el autor ha querido transmitir durante esos años. ¿Qué opi­namos de su resumen?
  2. Repasar cada uno de los puntos y hablar personalmente. ¿Se da eso en cada uno de nosotros?
  3. Colocar los puntos de más a menos importante en el orden en que creemos que se dan en la realidad. 4. El autor se confiesa no joven. ¿Qué retrato ha hecho? ¿Falta algo que consideremos de capital impor­tancia?

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