Apuestas

1 junio 1998

Cuando tenía 12 años, su padre le apostó que no aprobaría todo en junio. Ganó su primera bici. Plantearse metas a partir de apuestas se convirtió en una obsesión: un juego voraz. Apostó con su hermano a que sería el mejor estudiante de Derecho y ganó una cámara de fotos. Apostó con un compañero que seduciría a la chica más inaccesible de la Facultad y ganó una cartera. Apostó que se casa­ría con ella y ganó una pluma de oro.

A los 26 años apostó con su suegro que le daría un nieto guapo e inteligente y ganó un Mercedes. A los 30 apostó con su compañero de bufete que en cinco años sería el abogado mejor pagado y ganó un superordenador. Como las apuestas grandes se prolongaban dema­siado, empezó a hacer pequeñas apues­tas diarias para no perder agilidad. Apostaba por el perfume de las mujeres, por el color de los ojos de la persona que

entraría en el ascensor, por la identidad de una llamada telefónica, por el color de la ropa interior de su amante, por sus pulsaciones tras el jogging. Empezó a apostar por el tiempo que empleaba en llegar a la oficina. Diez minutos, prime­ro. Bajó a ocho. Luego, a siete. Un día, se apostó que llegaría en seis. Pateó el ace­lerador. Las calles estaban vacías pero no contaba con ese hombre que atravesó la avenida corriendo. Dio un volantazo y el coche se estrelló contra una pollería. El volante se empotró en su pecho. Cuando recobró el conocimiento, vio la cara borrosa de un policía a su lado. «Le apuesto que moriré antes de cinco minu­tos», dijo con un jadeo ensangrentado. Perdió por treinta segundos.

Tuvo PERTIERRA La Nueva España 23.4.98

PARA HACER

  1. Comentar lo que le pasa al personaje de la parábola. ¿Cuáles son las causas?
  2. ¿Es necesaria la competitividad para vivir? ¿Hasta dónde? ¿Cómo funciona en nuestra vida?
  3. ¿Cuáles son las metas de nuestra vida? ¿A partir de qué tendríamos que plantear­nos nuestras metas?
  4. ¿Cuáles son nuestros «juegos voraces», aquellos de los que dependemos y nos crean adicción?
  5. Escribir una parábola en la que el que protagonista sea cada uno. Narrar toda la vida hasta el final de los días. Se puede comenzar desde ese final.

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