Atrapados sin remedio

1 junio 2000

¡ Origen

Esta imagen de Ajubel ilustraba en «El Mundo» (21.11.99) un reportaje titulado «La sectas: el otro efecto 2000″. Se temía que alrededor de cien mil adeptos de unas 200 sectas destructivas nos amargaran las uvas a todos con el cambio de año, que algunos identificaron también como cambio de siglo y de milenio. No pasó nada, pero meses más tarde, en marzo de 2000, más de mil personas murieron en Uganda. ¿Y entre nosotros? Se dice que algo más de 1.300.000 jóvenes españoles de 14 a 29 años corren el peligro de caer en manos de las sectas, de abrazar la fe de milagreros, agoreros y redentores de todo tipo y caer con ellos en el precipicio. (Ver «Tema» de este mismo CUADERNO JOVEN).

 

¡ La imagen

Al margen de todo eso y de su origen, la imagen es suficientemente gráfica y contundente y se puede trabajar a partir de ella en varias direcciones. Y siempre con un objetivo claro: desarrollar la autonomía, el sentido crítico y se capaces de obrar con libertad.

– Centrarse en ella: ¿Qué nos recuerda? ¿Con qué la relacionamos?

– Contemplarla: ¿Qué vemos en ella? ¿Qué pasa ahí? ¿Qué pasa a esa gente? ¿Por qué?

– Identificarse: ¿Qué sentimientos nos produce? ¿En qué se parece a nosotros lo que vemos?

 

¡ Atrapados

Ir desmenuzando cada uno de los elementos que aparecen en la imagen. Sugerimos algunas preguntas pero se pueden formular muchas más cuestiones al hilo de las intervenciones de cada uno.

– Van conducidos: ¿Por quién? ¿Por qué nos dejamos conducir?

– Son cuatro: sin rostro, con rigideces… Sin personalidad, pues la han vendido a… ¿quién? Sin casi distinción entre hombres y mujeres…

– Van enganchados: por lo pies, símbolo de la libertad de movimiento, marchando al paso que otros marcan… ¿Qué nos impide ser libres? ¿Quién nos lleva y cómo por los caminos que no queremos? ¿Cómo llegamos a engancharnos en esa fila?

– Con los ojos cerrados: ¿Qué nos creemos a pies juntillas ante lo que deberíamos ser críticos?

– Con las manos rígidas e inexistentes (excepto el primero): ¿Quién nos conduce? ¿Quién o qué nos impide hacer lo que quisiéramos o debiéramos hacer?

– Conducidos: Por alguien que tiene una pequeña luz. ¿O está escondido quien conduce?

– Vienen de atrás: ¿Quién nos empuja? ¿En qué fila nos metemos sin querer?

– Van al precipicio: Dar nombre concretando situaciones. Y ver cuál es el inicio y el trayecto de ese resultado final del camino.

– ¿Podemos hacer algo para salir de ahí? ¿Qué?

– ¿Y qué hacer después? Concretar acciones para liberarnos y vivir con libertad.

 

¡ Parábola

– La imagen es en sí misma una parábola. Recordar, por ejemplo, lo que decía y hacía Jesús, que «les puso también este ejemplo: ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?» (Lc 6,39).

– Desde este esquema y desde todo lo que haya salido, aplicar lo que traduce la imagen a múltiples realidades: sectas, drogas, partidos políticos, religión, amigos, televisión, educación, relaciones laborales, tiempo libre, internet… Seguir para ello algunas preguntas de las formuladas en el apartado anterior. Y buscar los remedios y soluciones, a ser posible preventivos para no engancharse en la fila.

                                                                       HERMINIO OTERO

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