Celebración mariana para el mes de mayo

1 mayo 1997

– Ambientación

En el frontal del altar colocamos un póster de la Virgen. A sus pies, las letras que forman la palabra María (varias veces cada letra, en función del número de participantes). Por otro lado, adornamos las paredes de la sala o capilla con frases del Evangelio que hagan referencia al te­ma. Podemos tomarlas de Mc 1,18-25; Mt 2,10-11; Lc 1,26-56; Jn 19,25-27.

– Desarrollo de la celebración

– Monición de entrada

El mes de mayo está dedicado a la Virgen María. Sobre esta mujer se ha dicho y se ha escri­to mucho. Los cristianos la hemos representado en cuadros y esculturas, la hemos cubierto con joyas y ropajes, pero hemos corrido el riesgo de olvidar sus cualidades humanas. Esas cualidades, que iremos descubriendo en esta celebración, son las que realmente la engrande­cen.

 

– Canto: “Tantas veces en la vida”

– Lectura del Evangelio. Lc 1,26-38 (Anunciación)

– Momentos de reflexión

Pueden servir de pauta estas preguntas: ¿Qué cualidades de María sobresalen en este texto del Evangelio y en las frases que adornan la capilla? ¿Cuales admiro más? ¿En qué medida comparto yo esas cualidades? ¿En qué he de cambiar para adquirir esas cualidades?

Terminado el momento de silencio, cada uno espontáneamente irá tomando una letra de las que dejamos al pie del altar y comunicando la respuesta a alguna de esas preguntas. A medi­da que los asistentes van interviniendo, colocarán esas letras en la pared para formar varias veces la palabra María.

 

– Magníficat

Entre otras cosas, podemos destacar antes de iniciarlo (rezado o cantado): se trata de una oración de acción de gracias que nos empuja a anunciar las maravillas del Señor.

– Canto final. «Gracias, Madre, por tu presencia»

 

 

Francisco Pérez Polo

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