DENTRO

1 mayo 2010

SOL si RE la SOL RE

 

SOL       si

Lo crean ellos o no,
RE

has vuelto a sonreír

y ya nadie podrá
la

burlarse más de ti
DO SOL

pues crece tu valor dentro,
RE

dentro…

Valor para fundir
su fuerza con tu paz,
valor para vivir
tu propia soledad,

no te hace falta nada
que no tengas dentro,
adentro…

DO RE   SOL
Un océano azul
si    DO

crece dentro de ti;
RE SI   mi

sólo enciende la luz
la

cuando quieras verlo.

Si el miedo vence en ti,
si pierdes el control
y no sabes qué hacer
para no estar peor,
las respuestas están dentro,
adentro…

DO RE   SOL
Un océano azul
si    DO

crece dentro de ti,
SI   mi

utiliza su luz

la mi la SOL si

(música)
DO RE   SOL
Un océano azul
si    DO

crece dentro de ti;
RE SI   mi

sólo enciende la luz
la

cuando quieras verlo. (Bis)

La sonrisa de Julia (Volver a empezar, 2006)

 PARA HACER

La canción dice: “No te hace falta nada que no tengas dentro”. Haced un rato de silencio y escribid una lista de las mejores y peores cosas que encuentras dentro de ti. Comentad la lista en grupo y decid qué cosas os parece que se ha olvidado de decir cada uno…

“Un océano azul crece dentro de ti”. ¿A qué se refiere la canción? ¿Qué creéis que es ese océano azul? ¿Lo has notado alguna vez? ¿Cómo hacerlo crecer y dar fruto? ¿Qué luz hay que encender para verlo?

“Las respuestas están dentro”. ¿Qué respuestas has encontrado y encuentras dentro de ti? ¿A qué preguntas?

Comparad el estribillo de la canción con este texto de san Agustín: “Ay de mí, yo te buscaba, Dios mío, no con el entendimiento del alma, sino con el sentido de la carne. Pero tú estabas más adentro de mí que lo más íntimo de mí mismo y más alto que lo más supremo de mi ser. Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tú estabas dentro de mí y yo fuera y por fuera te buscaba yo”. ¿Qué parecidos y diferencias notáis? Inventad una celebración u oración a partir de la canción y este texto u otros similares. Podéis leer también Mt 6,5-6: “Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

Jesús Rojano y Arturo Alonso

 

 

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