Derechos negados

1 octubre 2001

José Alberto Jiménez Guaba, Misionero del Sagrado Corazón de Jésus, nos envía es­te «testimonio-poema» desde Colombia. Su lectura y comentario pueden ir unidos al texto que aparece en el TEMA de la página anterior.

 

Los Derechos Humanos son negados,

ellos hablan de libertad y dignidad,

 beben en la fuente de la vida,

 están en los recipientes de la salud integral,

 no permiten que el consumismo los contamine.

 

Cantan en los coros del bienestar holístico

 bajo la armónica diversidad

de sexo, raza y religión,

 conocen los tonos altos y afinados de la educación,

son iluminados por faroles

 físicos, psíquicos, sociales y espirituales.

Anidan en las tierras fértiles

 de los cuidados y de la asistencia especial,

 producen frutos en los terrenos de la alimentación,

 del vestido, del empleo y la vivienda.

Dejan al margen la ruta de Caín,

 abrazan los proyectos de Abel y del Buen Samaritano,

 son amigos de la liberación universal,

 de proceso de promoción, prevención,

 rehabilitación y reinserción social…

 que tienen los rayos de un gran Sol

 llamado Madre, Padre: Yahveh.

JOSÉ A. JIMÉNEZ

 

Oración ante el hijo que se ha quitado la vida

 

La depresión es una enfermedad que está, lastimosamente, de moda. Vicente era un joven muy familiar, amigo de sus amigos, buen estudiante, buen corazón, creyente practicante…, pero sometido a fuertes depresiones. En uno de esos momentos bajos, «se le cruzaron los cables», y acabó con su vida.

Esta fue la oración leída por su padre en su funeral. La familia, cristiana convencida, quiso darle un tono pascual, de resurrección, a la celebración.

 

Gracias, Señor, por tantas cosas.

Gracias, Señor, por esta Eucaristía.

No hay nada más gozoso que sentirse próximo a Ti.

Gracias, Señor, por el regalo de la Fe.

Sin ella no podríamos vivir la Paz profunda que Tú das

en situaciones que no entiendes y en las que no ves nada claro.

Gracias, Señor, por haber vivido y gozado con Vicente durante 28 años,

aunque nos han parecido pocos y se nos han hecho cortos.

Nos hubiese gustado tenerlo más tiempo con nosotros.

Acepto su extraña muerte, como una Cruz que es Redención

y como un Misterio que es Salvación.

Gracias, Señor, porque, por encima de todo y a pesar de todo,

te sigo sintiendo Padre, Amigo y Protector.

Gracias, Señor, porque nos has dado a tu Madre como Madre nuestra,

que en su advocación de Los Desamparados,

hoy la necesitamos más que nunca para que siga a nuestro lado.

Gracias, Señor, porque ya has abrazado a Vicente y le tienes en tu Paz.

En las tertulias que tengas con él,

dile que su padre y su madre le seguimos queriendo horrores.

Gracias, Señor.

 

JOSÉ SORANDO

PARA TRABAJAR Y ORAR PERSONALMENTE Y EN GRUPO

  1. Hacer un listado de motivos diversos por los que hay personas que se quitan la vida.
  2. Comunicar cada una de sus razones para vivir… ¿Cómo animaríais a una persona que no le encuentra sentido a la vida?
  3. Imaginar una tertulia entre Cristo Resucitado y Vicente. ¿Qué se dicen? (Si os cuesta, leed al­gún relato de la Resurrección: Lc 24,28-35; 24,43; Jn 20,19-21).
  4. Haciendo vuestra la oración del padre de Vicente, añadir nuevos motivos de agradecimiento; pedir perdón por las ocasiones en que «malgastamos» el regalo de la vida.
  5. ¿Quiénes y cómo podemos «dar vida»?

 

 

 

 

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