DIOS SE NOS HACE PRESENTE EN NUESTRO IDIOMA

1 noviembre 2002

Hace ya unos años Luis Eduardo Aute nos regaló una canción que nos recordaba diversas expresiones en la que se citaba la palabra «Dios».

Reproducimos aquí la letra de esa conocida canción:

 

«Dios te ilumine, si Dios quiere,

Con la ayuda de Dios.

A Dios rogando, y con el mazo dando,

adiós.

Vaya por Dios, Dios mío, la de Dios,

es Cristo, como hay Dios.

Dios mediante, si Dios no lo remedia,

los sin-Dios, con Dios, como Dios manda,

palabra de Dios.

Aquí no se mueve ni Dios,

castigo de Dios, por Dios, por Dios…

Dios los crea, lo que Dios mande,

Dios proveerá.

Dios aprieta pero no ahoga,

a la buena de Dios.

La Madre de Dios, en las manos de Dios,

como Dios, por esos mundos de Dios,

En nombre de Dios.

¡Dios Santo! ¡Dios no lo permita!

Dios te bendiga,

pordiosero,

vive Dios, Dios se lo pague,

vive Dios, Dios te oiga,

vive Dios, Dios bendito,

vive Dios, Dios nos pille confesados…

Aquí no se aclara ni Dios,

gracias a Dios.» (1)

 

A partir de esta canción podríamos trabajar la presencia de Dios en nuestro idioma.

 

Los objetivos que nos proponemos son:

 

  •        descubrir cómo el cristianismo influye en aspectos tan comunes y cotidianos como es el idioma;
  •       darse cuenta de que es necesario conocer la cultura cristiana para entender nuestra cultura y nuestro propio idioma
  •       sorprenderse de la aportación del cristianismo a nuestro pueblo y nuestra habla.

La metodología puede ser muy variada. Indicamos unas posibles sugerencias:

 

  •        explicar entre todos, o, individualmente, cada uno investiga el significado de cada expresión que viene en la canción;
  •       buscar nuevas expresiones cotidianas en que aparezca la palabra «Dios»;
  •       abrirnos a refranes, dichos, … y hacer un nuevo elenco de expresiones;
  •       ampliar nuestra búsqueda con palabras como «Jesús», «María», u otras características del cristianismo: «cruz», «Belén», …

 

Creemos que puede ser un buen recurso para ir redescubriendo la presencia pública, cotidiana y normalizadora del Dios de Jesús en nuestras vidas y nuestras palabras. Que esta breve reflexión nos ayude a tropezarnos con nuestro Dios en nuestras calles, en nuestra cultura y en nuestro lenguaje.

 

(1)  Canción: Idiosincrasia. Título del disco. Templo. Año: 1987

 

Xulio César Iglesias

 

También te puede interesar…