No puedo negar mi admiración y respeto por el arte urbano. Si sigues habitualmente las portadas que hago para esta revista, verás que lo utilizo con frecuencia. Considerado vandalismo por algunos, para mí contiene la esencia del arte, en el sentido de que es expresión y se regala para la reflexión de los demás sin coste alguno.
Dentro del grupo selecto de artistas urbanos se encuentra Banksy, autor anónimo inglés, que puebla las paredes de decenas de ciudades del mundo entero con sus controvertidas «pintadas». Sus dibujos son una mezcla de denuncia social, crítica ácida y optimismo.
El dibujo que ves en la portada de este mes está en un pequeño callejón en la ciudad de Santiago de Compostela. La foto la hice este verano. No sé si el dibujo es de Banksy o no, ya que no está firmado, pero conserva el estilo y la esencia del autor. Sea como fuere, el copista sigue la estela del maestro, y fiel a él, nos muestra una niña que, atada a su globo, echa a volar; el globo, además, tiene forma de corazón. La sencillez y la belleza del dibujo hablan por sí solas y su lectura es múltiple según el espectador. Sea cual sea tu interpretación, estoy seguro que es un canto a la esperanza.
Pintar paredes es un delito en algunas ocasiones; en este caso es una reflexión seria y profunda. Te animo a observar las paredes de tu ciudad. Sal un día sin mucha prisa, despacio, como quien va buscando… Pronto verás cómo las calles están llenas de mensajes. Algunos denotan ira, rabia; otros son duros; muchos son nombres de quien necesita ser reconocido… Pero pronto encontrarás un canto de esperanza. Entonces coge tu móvil o tu cámara de fotos y guárdatelo para los momentos complicados, para compartirlo en tus redes sociales, o incluso, si te atreves, para tu oración.
Feliz aventura.
jotallorente