Himalaya

1 enero 2008

Himalaya: L’enfance d’un chef, 1999. Dirección: Eric Valli. Guión: Eric valli y Olivier Dazat; con la colaboración de Louis Gardel, Jean-Claude Guillebaud, Nathalie Azoulai y Jacques Perrin. Producción: Christophe Barratier y Jacques Perrin. Música: Bruno Coulais.

“Al principio, le propuse (a Jacques Perrin) un documental. Le ha hablado de los dos años de la vida allí. Todas esas aventuras; Él me ha dicho: “Escucha, Eric, ¡tienes una historia¡ Y si te diera los medios para hacer una ficción, ¿qué pensarías? Se ha convertido en una película de ficción en el sentido de que todo está recreado, en los verdaderos lugares con los verdaderos personajes”

El documentalista y fotógrafo francés Éric Valli, colaborador de National Geographic, Geo, Life y París Match, viajó hasta el Himalaya para realizar su primera película. Contando con actores aficionados, intentaría aunar la estructura de un western clásico con el aspecto del documental. La acogida fue tan favorable que se sucedieron numerosos premios: nominada al Óscar a la mejor película en lengua extranjera, César francés a la mejor fotografía, nominada a los Premios Europeos del Cine a la mejor fotografía, premiada en la sección Visión Europa del Festival de Huelva.

“El título, La infancia de un jefe, es casi una falsa pista. Al principio, era algo que quería desarrollar más y, posteriormente, una película.  Es algo que vive, evoluciona continuamente, durante la escritura, el rodaje y mediante los actores. Se ha convertido en un personaje vivo. Se partía con siete u ocho finales y, finalmente, es un noveno el que se ha rodado. Él mismo se ha impuesto al final del rodaje.”

El cineasta nos traslada a Dolpo, en el noroeste de Nepal, donde el anciano Tinlé recibe la noticia de la muerte de su hijo en un accidente. Se aproxima el transporte anual de la sal en los yaks. Es el único recurso del que disponen y del éxito depende la supervivencia de todos. Las suspicacias y los enfrentamientos dividen al poblado en dos grupos que intentarán alcanzar la meta siguiendo criterios y actitudes diferentes.

“Lo llamaría una ficción natural. Una ficción auténtica. Por la sencilla razón de que se basa en la vida real de Tindlé y de Norbou. Llevándolo al extremo, se hubiera podido añadir a las películas basadas en una historia real. Pero esta historia existe desde hace 1.500 años, desde que las caravanas existen. Es lo que se ve en la película: hay un mes en el sur de Dolpo para cambiar la sal por el grano. Algo que sucede todos los días. Es la vida de esa gente.”

Habla también el realizador:

“Se ha intentado ser lo más auténtico posible, tanto en la luz cuanto en el guión o en la interpretación de los actores. Mi trabajo de realizador ha consistido en ser (lo exagero un poco) lo más transparente posible para dejar a los actores expresarse  a su manera. Hacía una película sobre ellos, no sobre mí. Yo no era quién para decirles cómo interpretar tal o cuál emoción. Lo hacían a su manera. Y percibes que, si en el exterior tienen un aspecto diferente (rostros, culturas, modo de vida, dioses, lenguas), en el fondo, son las mismas cosas las que nos hacen reír o llorar, ya seas tibetano, chino, papú o tejano”.

Augusto Fernández

Pistas para la reflexión

  1. ¿Qué destaca más en la película, la ficción o la realidad? ¿Qué elementos de la ficción? ¿Y de la realidad?
  2. ¿Con qué otras obras la podemos relacionar, teniendo en cuenta los personajes, las situaciones, los problemas, las soluciones?
  3. ¿Por qué se enfrentan Tinlé y Karma? ¿Qué actitudes y visión de la vida encarnan? ¿Qué simboliza cada uno de ellos? ¿Quiénes los siguen? ¿A qué se debe?

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