Hombre nuevo, Mujer nueva

1 marzo 1998

Los rasgos del hombre nuevo serían, a mi mo­do de ver:

  1. La lucidez crítica

Una actitud de crítica «total» frente a supuestos valores, medios de comunicación, consumo, es­tructuras, tratados, leyes, códigos, conformismo, rutina…

Una actitud alerta, insobornable. La pasión por la Verdad.

  1. La gratuidad admirada, deslumbrada

La gratuidad contemplativa, abierta a la Tras­cendencia y acogedora del Espíritu.

La gratuidad de la Fe, la vivencia de la Gracia. Vivir en estado de Oración.

La capacidad de asombrarse, de descubrir, de agradecer.

Amanecer cada día.

La humildad y la ternura de la Infancia Evangé­lica.

El perdón mayor, sin mezquindades y sin servi­lismos.

  1. La libertad desinteresada

Ser pobres, para ser Libres frente a los Poderes y a las Seducciones.

La libre austeridad de los que peregrinan siem­pre.

Una morigerada vida de combate.

La libertad total de los que están dispuestos a morir por el Reino.

  1. La creatividad en fiesta

La creatividad intuitiva, desembarazada, hu­morada, lúdica, artística.

Vivir en estado de Alegría, de Poesía y de Eco­logía.

La afirmación de la Autoctonía.

Sin repeticiones, sin esquematismos, sin depen­dencias.

  1. La conflictividad asumida como milicia

La pasión por la justicia, en espíritu de lucha, por la verdadera Paz.

La terquedad incansable. La denuncia profética.

La Política, como misión y como servicio.

Estar siempre definido, ideológica y vivencial­mente, del lado de los más Pobres.

La Revolución diaria.

  1. La fraternidad igualitaria O la igualdad fraterna.

El Ecumenismo, por encima de razas y de eda­des y de sexos y de credos.

Conjugar la más generosa comunión con la sal­vaguarda de la propia identidad étnica, cultural y personal.

La Socialización, sin privilegios.

La real superación, económica y social, de las Clases que están ahí, en orden al surgimiento de la sola «Clase» Humana.

  1. El testimonio coherente

Ser lo que se es. Hablar lo que se cree. Creer lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las menudencias diarias. La disposición habitual para el Martirio.

  1. La esperanza utópica

Histórica y Escatológica. Desde el Hoy para el Mañana.

La esperanza creíble de los testigos y construc­tores de la Resurrección y del Reino.

Se trata de Utopía, la Utopía del Evangelio.

El Hombre Nuevo no vive sólo de pan. Vive de Pan y de Utopía.

Solamente Hombres Nuevos pueden hacer el Mundo Nuevo.

Pienso que estos rasgos corresponden a los ras­gos del Hombre Nuevo, Jesús.

Así, de utópicamente, vivió Él; esto enseñó en Belén, en la Montaña y en la Pascua; así nos confi­gura trabajosamente su Espíritu, derramado en nosotros.

 

PEDRO CASALDÁLIGA

 

PARA HACER

 

  1. Pedro Casaldáliga, obispo de Sao Felix, en Brasil, escribió estos rasgos del hombre nuevo, renacido para un mundo renovado. Aunque el obispo se refiere al hombre cristiano, los rasgos pueden servir de reflexión y pauta de comportamiento para cualquier persona de buena voluntad.
  2. Leerlos despacio. Y comentarlos traduciéndolos. ¿Cómo me llevaría a mí a actuar si sigo cada uno de ellos?

 

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