La Condición humana

1 enero 1998

  1. La imagen

Esta imagen de Ulises reapareció en el suplemento Salud de «El Mundo» (3.7.97), con ocasión del final del secuestro de Ortega Lara, aunque ya había sido publicada previamente en otra ocasión en el mismo diario. Con ella podemos acercarnos a múltiples re­alidades, como sugerimos más adelante. Lo impor­tante es que en el grupo se profundice sobre la con­dición humana en su sentido más amplio para ir to­mando conciencia de la realidad (ver), buscar sus causas (juzgar) y llevar a cabo las acciones corres­pondientes (actuar).

Lo primero, como siempre, es ver la imagen: ¿Qué pasa ahí? ¿Por qué? ¿Cómo se ha llegado a esa si­tuación? ¿Quién o quiénes han intervenido en ella? ¿Por qué se mantiene así? ¿Que podríamos hacer? Ese tipo de preguntas se repetirán en los diversos momentos y se referirán a las diversas situaciones analizadas.

Quizás aparezcan opiniones exageradas o que ta­chen a la imagen de exagerada. Esas intervenciones habrá que reconducirlas mediante preguntas que a la vez aporten datos en que se demuestre cómo en la realidad pasan cosas similares.

  1. La parábola

– La imagen se convierte por su propia fuerza en una parábola y, como tal, se puede aplicar a diversas si­tuaciones. ¿En qué sentido puede ser la parábola de la condición humana?

– Para tratarla como parábola, nos centramos en al­gún aspecto más de la misma imagen: tiene lugar para la marca, aunque ahí no consta (se puede po­ner); tiene una llave que alguien ha abierto…; la persona está descalza (¿también desnuda?) y en postura fetal (protección, miedo, refugio…).

– Después elegimos algún título y escribimos el texto de la parábola cuya ilustración es esa imagen.

– Al final se leen los relatos, se analiza lo que ha sali­do y se sacan conclusiones de todo ello. Esto ya va unido a los puntos siguientes.

  1. 3.La situación
  • La parábola se puede referir a múltiples situacio­nes tanto personales como familiares, grupales o sociales (educativas, políticas, laborales…). Señala­mos algunas de esas posibles situaciones (y cau­sas) mediante preguntas que pueden tener res­

puesta en la parábola escrita o en nuestro diálogo sobre ellas:

– Personales: ¿Qué situaciones vivo yo como las que se reflejan en la imagen? Puedo referirme a los estudios, el futuro, los amigos, la religión, las relaciones, etc.

– Grupales: ¿Qué es eso de la presión de grupo? ¿Có­mo se da en nuestro grupo? ¿Y en nuestros am­bientes? ¿A quién sometemos…? Podemos centrar­nos en la diversión, los fines de semana, las relacio­nes con los demás, la bebida, etc.

– Familiares: ¿Qué ambiente familiar y qué circuns­tancias hacen que alguien viva así? ¿Cómo se po­dría solucionar? Por ahí hay situaciones como el maltrato familiar, los gritos, los chantajes de hijos a padres o al revés, la televisión como canguro.

– Educativas: ¿Cómo funcionamos en la escuela? ¿Cómo es la relación profesor-alumno…?

– Laborales: ¿Cómo se funciona en el trabajo? ¿Qué hay que hacer para tener uno o para conservarlo…?

  • Pero no se pueden olvidar las situaciones globales, de las que esta imagen puede convertirse en pará­bola denunciadora. Señalamos tan sólo los títulos a los que podemos referirnos:

– La situación Norte-Sur.

– Los conflictos continuados (y olvidados) en diver­sas naciones: guerras, hambres, matanzas.

– El cuarto mundo presente en nuestro entorno.

– La inmigración «ilegal» (Nunca mejor reflejo de las pateras que esta imagen).

– El hambre en el mundo.

– La persecución por pensamiento, creencias o reli­gión.

– El trabajo en los países pobres para los países ricos. El paro. Etc.

  1. La acción

– No es fácil salir de esa situación porque estamos acostumbrados a ella, no sabemos cómo salir o no tenemos fuerzas para ello.

– ¿Qué podemos hacer? Buscar soluciones de todo ti­po e incluirlas en las parábolas: continuar la pará­bola que alguien haya escrito, aportando ahora so­luciones utópicas y de todo tipo, de modo que se llegue a descubrir que la condición humana consis­te en ser libre, no en estar sometido.

–          Concretar alguna actuación para llevar a cabo per­sonalmente, en la familia, en el grupo y como gru­po, en el ambiente educativo…

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