Bajo el título «La cultura alarga la vida», Rafael Torres escribía en Diario de Noticias de Pamplona (31.12.96) un comentario que reproducimos:
La cultura alarga la vida. Como lo oyen. Lo acaba de revelar un estudio realizado por un grupo de expertos de la Universidad sueca de Umea que acaba de ser publicado por el prestigioso British Medical Journal, pero mucho me temo que una gran parte de la población preferirá, antes que coger un libro o asistir a un concierto, vivir un poco menos. Se pan, en todo caso, que no van a vivir un poco menos, sino bastante menos, pues el citad( estudio revela que la tasa de mortalidad relativa se incrementa un 50% entre aquellas personas que apenas asisten a eventos culturales o que les aflige la mera contemplación d( las pastas de un libro. Pero hay más. La cultura hace la vida mejor. Esto no lo dice el estudio, lo dice este columnista, pero háganme caso. La cultura, esto es, ese acopio de luce; y de referencias que nos permite relacionar unas cosas con otras y acertar con su nombre, esa maleta visible y ligera que nos acompaña adonde vamos con sus siete fondos secretos repletos de diamantes, hace la vida más digna, más bella y más vivible. Pero no, no la acorta, encima no la acorta, sino que extrae de ella un plus de tiempo. Visitar museos pasear por el campo identificando la especie de los pájaros que nos sobrevuelan, leer li oros maravillosos, escuchar música, contemplar la belleza inscrita en los lienzos, conversar con fundamento, esas cosas generan beneficiosos efectos sobre el sistema inmunológico, y descargan las tensiones de la dura vida diaria.
¿Cómo se puede aplicar todo esto a los jóvenes? ¿Cuáles son los diamantes que llevan ellos en los siete fondos de su maleta? ¿Cómo habrá que sacarlos a flote para que su vida se alargue, si no en tiempo -que no les preocupa tanto- sí en intensidad y vivencia profunda? Y como educadores o jóvenes comprometidos, ¿qué tipo de cultura habría que potenciar y cómo habría que criticar e integrar la cultura que ahora se ofrece?
Ayudar a los jóvenes a gustar de una conversación entre amigos, a gozar con un fragmento de música (de cualquier tipo), a crear textos literarios además de interpretar los de otros, a descubrir el placer estético de las imágenes (también en movimiento), a contemplar la naturaleza (también la bronca geografía urbana), a redescubrir su cultura viva entre aparentes sin sentidos… será un objetivo y una tarea para que alarguen la vida en cantidad de tiempo y sobre todo aprendan a vivir con más sentido, y sean capaces de vivir con intensidad sin perder la serenidad.
