Las cuestiones fundamentales

1 noviembre 2000

El filósofo Salvador Pániker (Barcelona, 1927) acaba de publicar una nueva entrega de sus ensayos sobre la condición humana. Se titula Cuaderno amarillo (Areté) y tiene for­ma de diario. Pániker dice que lo ha escrito para «interpretarse a sí mismo».

Vivir aquí y ahora

«Mi filosofía de la vida consiste en vivir aquí y ahora. Los taoístas aconsejaban dedi­car la primera parte de tu vida a hacerte un ego fuerte. Yo lo he hecho porque es que, si no, se te come el vecino. Pero la segunda mi­tad debes dedicarla a deshacerte de ese ego, porque ya no te sirve de gran cosa, sólo te produce angustia por el tiempo que pasa. Así que trato de vivir sin ego, que es vivir un po­co sin propósito y sin sorpresas».

La cuestión terrible

 

 ¿Quién atiende?

 

«Somos una sociedad cada vez más infor­mada, en la que cada día hay menos comuni­cación. Todo el mundo está encerrado en sí mismo, en sus ideas, en sus obsesiones. Mu­chos ni siquiera se dan cuenta de que viven. Decía John Lennon que la vida es eso que su­cede mientras uno está ocupado en otra cosa. Ése es el problema: ¿quién atiende? Pero ha­blemos; alguno se enterará».

El ego y la muerte

Hay en Cuaderno amarillo, una pregunta que Pániker no contesta: ¿por qué tengo que morir si estoy bien en este mundo? Y es por­que el autor no piensa en su propia muerte.

«Creo, primero, que, si no hay ego, no hay muerte. Lo que muere es el ego, y, si lo has matado antes, todo sigue viviendo: viven mis libros, viven mis hijos, vive todo. Segundo, si vives aquí y ahora, tampoco hay muerte. Ter­cero, pienso como Epicuro que la muerte no me preocupa, porque mientras yo estoy no hay muerte, y, cuando la muerte está, yo ya no estoy».

Pensamiento único

Otra broma es esa lata del pensamiento único. Pániker predica una religión a la medi­da, ideologías a la carta, el final de las gran­des síntesis totalitarias; en definitiva, el pen­samiento múltiple. «Lo que abunda es la di­versidad. La mundialización es precisamente un buen marco para que cada cual aporte sus diferencias. Además, el pensamiento múltiple y la identidad múltiple son la culminación de los derechos humanos. El derecho a ser dife­rente de los demás en todo, también en lo re­ligioso».

Sociedad de ansiosos

En los años ochenta, Pániker definía el mundo como «una sociedad de ansiosos» y apresurados. Ahora añade más síntomas. «So­mos, además, una generación de huérfanos. Huérfanos de mitos, de dioses. Y una socie­dad de solitarios, incluso literalmente: en Pa­rís, la mitad de los hogares son unipersona­les. Vivimos en un mundo chato, plano, sin aquel imaginario desbordante de algunas ci­vilizaciones primitivas. Nos hemos quedado sin mitos».

 

Para hacer

 

1. Pániker hizo estas declaraciones a Juan G. Bedoya («El Mundo», 30.9.2000). ¿Qué nos parecen? ¿En qué estamos de acuerdo? ¿Que nos iluminan?

2. ¿Qué opinamos nosotros sobre cada uno de esos números?

3. Ver la Imagen de este mismo número de CUADERNO JOVEN. Compararla con lo que dice este autor. ¿Qué claves nos da?

 

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