MANICURA DEL CORAZÓN

1 junio 2012

Amiga, amigo: El corazón representa, mucho más que cualquier otra parte del cuerpo, el espejo infalible e inconfundible de nuestro estado de felicidad, de nuestra belleza interior. Por este motivo un tratamiento de manicura completo (que incluya limpieza y decoración) nos ayudará a encontrarnos radiantes ante nosotros mismos y ante los demás.

Te invito a que dediques un tiempo todos los días a cuidar y a embellecer tu corazón o, lo que es lo mismo, tu vida. Lee atentamente los siguientes pasos y no te lo pienses dos veces… Tener un corazón limpio, luminoso, alegre e inmensamente feliz, depende de ti…

 

Primer paso

Quita el esmalte de tu corazón

¡Desmaquíllate! Me explico: a veces nos echamos tanta pintura, “tanta fachada” para aparentar ante los demás, que, con el tiempo, damos una imagen de nosotros mismos que no es la verdadera.

  • Empieza por limpiar esos trozos de odio, resquemor e indiferencia que tan a menudo se quedan incrustados en nuestros corazones, en nuestras vidas.

Segundo paso

Lima y pule tu corazón

Todos, absolutamente todos, somos un diamante en bruto; si dejamos que Dios pula, lime nuestras vidas, nos convertiremos en una gran obra de arte.

Lo mismo ocurre con el corazón.

  • A veces hay que cortar radicalmente: tú sabes mejor que nadie lo que te sobra, lo que te está haciendo daño.
  • Otras veces hay que limar pacientemente hasta dar la forma adecuada: una relación que atraviesa un mal momento, una situación que necesitas cambiar, un error que debes enmendar…

Tercer paso

Aplica una buena crema

Y qué mejor poción que un momento de silencio.

  • Permite que Dios entre en lo más profundo de tu corazón y déjale actuar durante unos minutos.

Cuarto paso

Usa un revitalizador

La Buena Noticia, la Palabra de Dios, fortalecerá tu corazón. Se trata de un producto que contiene todos los elementos indispensables para favorecer tu crecimiento como persona, como cristiano.

  • Echa mano de un texto, de unos versículos, de una frase…
  • Repite esta operación dos o tres veces hasta que “empape” por completo tu corazón.

Quinto paso

Aplica el nuevo esmalte

  • Finalmente deja que el amor de Dios y tu sonrisa más auténtica embellezcan tu vida.
  • De la fusión de ambos surgirá la felicidad en tu corazón.

José María Escudero

 

 

También te puede interesar…