Misión Joven | Marzo 2024: Educación afectivo-sexual

4 marzo 2024

Es difícil pensar la educación sexual en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse. Sólo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua (AL 280).

No cabe duda de que hemos vivido una importante revolución sexual en el pasado siglo XX que nos ha liberado de tabúes y nos ha ayudado a conocer mejor los dinamismos físicos, psicológicos y espirituales de la sexualidad humana. Estamos convencidos de que hemos avanzado en la consideración positiva de la sexualidad y su importancia en una personalidad integrada y madura. Hemos dejado definitivamente atrás concepciones reductivas de una sexualidad finalizada únicamente a la procreación y superado consideraciones morales demasiado estrechas que hacían del sexo algo prohibido y pecaminoso.

Pero mientras que una mejor comprensión del fenómeno de la sexualidad humana nos ha conducido hacia caminos de crecimiento, autenticidad y libertad, sin embargo percibimos también una cosificación y manipulación de esta realidad imprescindible para la maduración humana. Muchos jóvenes se sienten perdidos y desconcertados; se inician en el sexo a edad cada vez más temprana y con la única escuela de la pornografía; viven una disociación casi esquizofrénica entre placer y amor que les conduce, en no pocos casos a toparse de bruces con la imposibilidad de establecer vínculos duraderos con la pareja; se vivencia la violencia sexual normalizando su práctica y se asumen conductas de riesgo que sitúan al borde del quebranto de una frágil salud mental.

Ante tantos planteamientos contemporáneos con raíces antropológicas diferentes –y algunos sin ellas–, estamos seguros de que es posible una propuesta educativa que, desde las raíces cristianas, dialogue con la cultura sin renunciar a los principios evangélicos de libertad, de identidad, de reciprocidad, de generosidad, de amor. Tenemos mucho que aportar. El cuadro axiológico en el que nos movemos nos estimula y nos inspira para acompañar personas libres y auténticas, que encuentran en el amor (la capacidad de amar y de ser amados) la suprema norma moral que nos hace personas logradas.

Creemos que se trata de una reflexión necesaria y urgente. En primer lugar por la realidad concreta con la que nos topamos cada día como educadores, en el contexto sociocultural en el que viven nuestros chicos y chicas en los diferentes ambientes pastorales. Pero también porque, como Iglesia, necesitamos seguir madurando un planteamiento educativo que, desde dentro de la cultura que habitamos, pueda emerger desde la antropología cristiana; con vocación de incidir, iluminar y acompañar el crecimiento y la maduración de personas equilibradas y felices.

La dimensión afectivo sexual ocupa un lugar clave en el desarrollo vital de las personas. El acompañamiento educativo debe contemplar este aspecto de forma transversal en el proceso madurativo de niños, adolescentes y jóvenes, de modo que se les ayude a integrar sexo y afectos de forma consciente, equilibrada, positiva y madura. Junto a otras potencialidades a educar y acompañar, la dimensión afectivo-sexual es fundamental para el bienestar de la persona y para su equilibrio psicosocial. Por eso consideramos importante un acercamiento a esta realidad dentro de una perspectiva integradora que tenga en cuenta los aspectos biológicos, psicológicos, socio-culturales y éticos, entrelazados en una propuesta educativa integral y evolutiva que considere las diversas fases de desarrollo madurativo de los chicos y chicas que acompañamos.

Hemos querido dedicar este número de MISIÓN a profundizar en algunas cuestiones referidas a la educación afectivo sexual en el ámbito de la pastoral con jóvenes. Proponemos tres artículos que consideramos altamente interesantes para la necesaria reflexión en este ámbito:

  • En primer lugar,Silvia Martínez Cano, teóloga, educadora y artista, reflexiona entorno a la identidad de la persona con el artículo El género en disputa. Claves educativas y pastora- les para comprender los debates sobre el género, en el que relaciona y clarifica los concep- tos de sexo, género e identidad ofreciendo pautas para la reflexión pastoral.

    Jota Llorente, comunicador y experto en la pastoral con jóvenes y el mundo digital, nos ofrece una reflexión educativo-pastoral muy sugerente en torno a los contenidos sexuales en los lenguajes audiovisuales y el consumo de la pornografía de adolescentes y jóvenes en internet, en su artículo La educación afectivo sexual en la era digital. Influencia de los entornos digitales y el consumo audiovisual.

    Irune López e Ignacio Beltrán, miembros del equipo interdisciplinar del Centro Nacional Salesiano de PJ, nos presentan el trabajo que están realizando con la experiencia del itinerario de formación de agentes de educación afectivo-sexual con profesores, educado- res y animadores de toda España: Una propuesta de educación afectivo-sexual. Un itinerario que educa para amar.

Abordamos un tema candente, urgente y necesario. Lo hacemos, convencidos de poder ofrecer una palabra luminosa, positiva y equilibrada en el ámbito de la educación afectivo- sexual de los niños adolescentes y jóvenes a los que acompañamos. Estamos seguros de que, como nos recuerda Francisco, nuestra propuesta cristiana nos inspira para amar en libertad y vivir en plenitud la donación.

José Miguel Núñez

misionjoven@pjs.es

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