Películas para los primeros pasos del curso

1 noviembre 2001

Todavía, en los primeros pasos del curso, estamos en época de buenos propósitos y de energías renovadas; así que voy a proponer unos deberes cinéfilos. Entre el cine visto este verano, seleccionaré cuatro o cinco películas que yo considero particularmente jugosas, con la intención de que curtáis un poquito más vuestra sensibilidad visual y tengáis conocimiento de nuevo material con posibilidades pedagógicas.

 

  • El camino a casa – Ni uno menos

Lo primero es lo primero: siento una especial predilección por el cine de Zang Yimou y, por suerte, disfrutamos de edición en vídeo de sus dos últimas películas, El camino a casa y Ni uno menos. Que nadie se eche a temblar porque el director de estas obras sea un chino: no se trata de rarezas delicadas, solo aptas para paladares refinados, sino de dos sentidas y sencillas historias a propósito del triunfo de la voluntad. Curiosamente, en ambas el telón de fondo es el magisterio (en la primera, se nos cuenta la encendida y casi ideal historia de amor entre una campesina y un maestro; la segunda es el relato de las vicisitudes de una niña de trece años, quien durante unas semanas ejercerá como profesora de los niños de una aldea) y en las dos nos encontramos con algo cada vez más inhabitual en el cine contemporáneo: una mirada humanista, hasta cierto punto admirativa y positiva, sobre el ser humano. Delicadeza formal (algo siempre presente en el cine de Yimou, un director ejemplar para aprender estética del cine), profusión de emociones (rasgo que algunos han identificado, equivocadamente, con blandura), clasicismo (se busca la identificación del espectador, se cree en la validez de las historias que se cuentan, sin cinismos posmodernos, se opta por la transparencia del discurso), riqueza temática: los múltiples atractivos de estas dos obras magnas hacen muy recomendable su visión, más allá de los prejuicios.

 

  • Memento

Otro estreno de vídeo particularmente sugerente es Memento, una singular propuesta que destaca por lo original de su temática (la memoria y el olvido como soporte básicos de la identidad humana) y, además, por lo innovador de su propuesta narrativa: una historia relatada al revés, desde su desenlace hacia el principio, con el fin de conseguir la máxima identificación entre el punto de vista del espectador y el del protagonista, un hombre que olvida prácticamente al instante todo lo que le sucede y que recurre a su propio cuerpo como peculiar «block de notas». La trama de misterio (este hombre de amnesia casi instantánea busca al criminal que mató a su mujer para vengarse) y un desenlace con pirueta son alicientes añadidos a esta atinada reflexión filosófica que abre, a la vez, nuevos caminos en el arte de contar historias.

 

  • Náufrago – El protegido

Si alguno prefiere recomendaciones más «comerciales», pienso que, por ejemplo, Náufrago depara algunas agradables sorpresas y, vista como metáfora a propósito de la lucha del ser humano contra la adversidad y el fracaso, se transforma en un estupendo material de trabajo. Desde el momento en que el avión se precipita al mar (en una secuencia antológica) y, sobre todo, en las secuencias en que se nos relata la aventura en la isla de este Robinsón del siglo XXI, el pulso y la intensidad de las imágenes están muy por encima de las expectativas que, en principio, pueden abrigarse a propósito de una producción de este tipo. Tampoco desmerece nada El protegido, del director de la deslumbrante El sexto sentido. Hacia tiempo que no surgía un autor tan dotado para la creación de atmósferas y tan preocupado por la puesta en escena de lo inquietante. Su particular visión de los superhéroes en una época tan poco amiga de heroicidades no tiene desperdicio.

Termino con una recomendación más a vuela pluma, pues en los Materiales de este mismo número de la revista se comenta con mayor detenimiento. Me refiero al documental La espalda del mundo. Sus tres historias sobre la otra cara de nuestro «mundo feliz» no solo resultan de una contundencia incontestable, sino que además están rodadas con un poderoso sentido del lenguaje visual.

Jesús Villegas

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