Por un Jubileo de Justicia

1 noviembre 2000

He aquí ocho verbos para vivir (este año y siempre) un Jubileo de Justicia. Proceden de la «Red Liliput», de la que ya dimos noticia este año desde CUADERNO JOVEN en el mes de abril (Cf. Propuestas, p. 35). En este caso corresponden a la declaración del congreso de Verona que se celebró bajo el título de «Jubileo: restituir… para vivir en libertad». Lo tomamos de «Alandar» (octubre, 2000)

 

 

Caminar

O sea, dar vida a peregrinaciones a pie, que lle­van a los lugares de exclusión, de marginación, de muerte…

– Peregrinar periódicamente y «contar» los kilóme­tros.

– Peregrinar también junto a un extranjero que bus­ca casa y trabajo

 

Conocer

Para superar prejuicios y estereotipos, conocer a una persona extranjera, gitana, encarcelada, homo­sexual, con minusvalía, anciana…

– Permitir la amistad, si es posible.

– Buscar información directa, testigos que influyan sobre nuestro punto de vista.

– Buscar informaciones que no describan sólo la emergencia, sino las causas de la injusticia.

 

Aprender

O sea, conocer las tradiciones, las culturas, la len­gua, los poetas y artistas de otros pueblos.

– Además, aprender a vivir en el conflicto a través de la no-violencia.

– Aprender a elegir la no-cooperación con la justi­cia y la objeción fiscal.

 

Adoptar

Un condenado a muerte, un prisionero político, una familia en dificultad, un niño sin familia, una comunidad del sur del mundo, un proyecto con futuro.

 

Compartir

Buscar modos concretos para abrir las puertas de nuestra casa.

– Compartir el coche, las ideas, los recursos, los ins­trumentos de trabajo, el tiempo.

 

Desviar dinero

Aplicar el principio de «lo que no me es necesa­rio es lo que llano no-mío» y ponerlo en práctica también con el dinero, para descubrir «la gozosa experiencia de restituir».

– Prestar sin intereses a quienes se encuentra en la necesidad.

 

Comprar bien

O sea, comprar sólo productos que sirven, leyen­do bien para saber de donde vienen, cómo llega­ron aquí y quien los comercializa.

– Tomar parte en las campañas de boicot y presión. – Preferir fruta y alimentos de la temporada, recha­zando productos transgénicos.

– Dando importancia al consumo crítico y al co­mercio justo pero también gustar de nuestra pro­pia identidad cultural a través de los productos de nuestra tierra.

 

Reducir el consumo

El crecimiento y el desarrollo no pueden ser ilimitados, por tanto hay que consumir menos para estar mejor, porque esto significa menor destruc­ción de recursos, menor peso sobre nuestra salud y sobre la naturaleza y mayor tiempo y espacio para un bienestar distinto.

– Hacer la compra sin ser víctimas de las ofertas y de la publicidad.

– Usar la televisión como cualquier otro electrodo­méstico.

– Moverse a pie, en bici y con los medios de trans­porte públicos.

– Construir con y para nuestros hijos juguetes sen­cillos.

 

Para hacer

 

1. Las propuestas son muy concretas. Hablar sobre ello para analizar la realidad y tomar conciencia de ella.

2. Llevar a cabo alguna de ellas. Dado que algunas pueden ser más para adultos, aplicarlas a nuestra situación concreta de jóvenes.

 

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