Reconciliarnos con nuestra(s) sombra(s)

1 noviembre 2013

Esta imagen de Regueiro está toma de un antiguo libro suyo de dibujos (Ven, ven, Lucifer, Siglo XXI, Madrid 1971). La habíamos mostrado en numeros cursos con profesores pero nunca la habíamos reproducido. Lo hacemos ahora, aunque es un poco extraña. Pero nos puede servir para descubrir cuáles son nuestras sombras y reconciliarnos con ellas desde el interior.

La imagen

  • Vemos la imagen. ¿Qué pasa ahí?
  • Hay un personaje… ¿Qué hace? ¿Por qué?
  • Y hay también una sombra… que parece que tiene entidad (no es reflejo automático del personaje…) ¿Qué signfica?
  • Podemos decir que alguien da la mano a su sombra… ¿Qué puede simbolizar?
  • Lo referimos a nosotros: ¿Qué nos dice a nosotros? ¿Qué nos recuerda? ¿Qué sentimientos nos produce?
  • Nos lo aplicamos: ¿En qué me parezo yo a ese personaje? ¿Qué dice la imagen de mi mismo?

La sombra

  • Nos centamos en el símbolo de la sombra. Dice Henri Barbusse: «La sombra no existe. Lo que tu llamas sombra es la luz que no ves.» ¿Qué luz –o qué ausencia de luz– produce esa sombra?
  • La sombra alude a la propia imagen vista de manera irreal y cambiante. ¿Cómo es mi sombra?
  • A veces se ve como el «doble» del hombre: siempre nos acompaña… si a nuestro lado hay luz. ¿Hay luz a nuestro lado? ¿Cuáles son nuestras sombras?
  • También se considera que el que no puede ver su sombra está condenado a muerte, como así también aquel que la pisa.
  • Entre nosotros, podemos reirnos de nuestra propia sombra  (Andalucía, aunque no solo) o vivir con “negra sombra que me asombra” (canción gallega). ¿Cuál es nuestro caso?
  • En cuando al lenguaje, hablamos también de «saltar por encima de la propia sombra» (capacidad de hacer algo imposible), «caer bajo la sombra de alguien» (ser prisionero de algo/alguien que tiene poder sobre nosotros), «estar a la sombra de alguien»  que nos protege o que nos somete… ¿Cuál es nuestro caso?
  • Para la psicología, la sombra es la parte profunda y desconocida de la personalidad que yace en el inconsciente. Conocerla e integrarla es una forma de mejorar ciertos aspectos de la relación con uno mismo y con los demás. ¿Cómo lo llevamos?
  • Según Carl G. Jung, «la sombra representa cualidades y atributos desconocidos o poco conocidos del ego tanto individuales (incluso conscientes) cómo colectivos.” ¿Cuáles son los nuestros?
  • Y sigue: “Cuando queremos ver nuestra propia sombra nos damos cuenta (muchas veces con vergüenza) de cualidades e impulsos que negamos en nosotros mismos, pero que podemos ver claramente en otras personas.» ¿Qué vemos en las sombras de los demás? ¿Cuáles de esas sombras son tambièn nuestras?
  • ‘Si se habla de lo que está opuesto a la luz, las sombras simbolizan lo que no se puede ver claramente, lo que permanece oculto, lo que yace en la penumbra, el otro lado de las cosas, que no se manifiesta abiertamente, pero que de alguna manera se presiente o intuye.’ ¿Hemos dado la mano a nuestras sombras?
  • Dice Vita SackvilleWest: «En la sombra de un hombre que camina hay más enigmas que en todas las religiones del mundo.» ¿Por qué?
  • Y Debbie Ford: “Lejos de ser aterrador, aceptar nuestra sombra nos permite realizarnos, ser nosotros plenamente, recuperar nuestro poder, desatar nuestra pasión y materializar nuestros sueños.”. ¿Qué hemos de hacer para aceptar nuestras sombras, para reconciliarnos con ellas (y por lo tanto con nosotros mismos)?
  • En vez de hablar, actuamos: hacemos un teatro de sombras. O proyectamos nuestra sombra sobre una pantalla (como si fuera una o varias fotos). Explicamos después por qué hemos elegido la postura en la que nos hemos colocado…

 

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