Ser mujer

1 mayo 2001

Parece que las mujeres tienen hoy más difícil el proceso de socialización e integración personal, al menos durante el período de la preadolescencia. Más difícil que los hombres, se entiende.

Así, por ejemplo, la anorexia planea sobre las chicas desde muy jovencitas: un 30% de niñas de 10 años adopta medidas para perder peso. No han traspasado el umbral de la adolescencia y ya están pensando en tener un cuerpo perfecto. Interiorizan el culto al cuerpo, tan presente en los medios de comunicación, y deciden hacer dietas aunque estén en un peso normal, influidas por el ideal del cuerpo perfecto.

La anorexia, que es la enfermedad que más rápidamente se ha extendido por el mundo desarrollado después del sida, afecta entre el 0’5 y el 3% de la población, especialmente a las mujeres jóvenes (el 90% de los casos).

La influencia de las imágenes publicitarias, especialmente del mundo de la moda, parece confirmarse cada vez más. Y la guerra de las tallas llegó rápidamente hasta la pasarelas de moda. El debate continúa mientras la anorexia aumenta cada año. El problema es tanto más grave cuando que solamente el 40% de los casos tratados de anorexia tiene éxito. El 57% de los casos no consigue una curación total. Y entre el 1 y 3% muere por desnutrición, fallo cardíaco o suicidio.

¿Y las que no entran en esta cadena? Hace años se hizo famosa la tonadilla de «las chicas son guerreras» y algunas educadoras lo recuerdan ahora: entre los 13 y 15 años las chicas están más alborotadas y ofrecen más problemas que los chicos de esa edad.

Por otra parte, ahora que los hombres adultos están abaldonando los cigarrillos, el tabaquismo se femeniza. Y no sólo porque cada vez es mayor el porcentaje de mujeres que fuman, sino porque entre las adolescentes ya son más las chicas adictas al tabaco que los chicos. Y los expertos vaticinan un fuerte incremento del cáncer de pulmón entre las mujeres por aumento del tabaquismo en los próximos años.

La divulgación de estereotipos sobre la utilidad del tabaco como producto que ayuda a controlar el peso corporal, algo totalmente falso, ha llevado a muchas adolescentes preocupadas por su imagen a adoptar y mantener el hábito de fumar.

Además, el nuevo rol de la mujer, las cargas familiares, las nuevas formas de ocio, el estrés laboral y la publicidad son algunos de los motivos que están provocando que se dispare el uso de sustancias adictivas en la población femenina. Aunque todavía hay más hombres que mujeres que se drogan, la prevalencia del uso y abuso de sustancias está aumentado en la población femenina. Además, las mujeres que se enganchan a una adicción han comenzado antes a consumir, son más adictas, solicitan menos tratamientos, son físicamente muy vulnerables y sufren más.

En otro orden de cosas, la mujer tiene que estar siempre a la altura de las circunstancias si quiere, por ejemplo, seguir la imagen que los informativos dan de la mujer: una persona dulce, joven, emotiva, abnegada y elegantemente vestida.

Todo eso está ahí. En este mes, recordamos también a María, modelo femenino que al menos lo fue durante siglos dentro del ámbito cristiano. ¿Cómo ser mujer hoy? ¿Cómo puede ser María modelo hoy para el creyente, hombre o mujer? Varias secciones de este CUADERNO JOVEN abordan estas cuestiones. Para ayudarnos, como siempre a ser más y mejores personas.

 

HERMINIO OTERO

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