Toda una vida

1 enero 2004

Esta imagen de Fernando Krahn fue publicada en el Magazine de La Vanguardia el 26 de octubre de 2003. Con ella se puede trabajar en diversos sentidos:

–         Ver el sentido de la propia vida y, por lo tanto, dar sentido también a la muerte.

–         Plantearse el futuro y elegir por dónde y hacia dónde queremos ir.

–         Analizar las etapas de la propia vida y situarse ante ellas.

La imagen de la vida

  1. Dar la imagen. Verla y comentar lo que nos sugiere. ¿Qué pasa ahí? ¿Qué refleja eso? ¿Qué nos llama la atención?
  2. Partir de estos comentarios. Quizás aquí salgo todo. Después sólo hay que reconducirlos para analizar y tomar postura ante diversas maneras de vivir la vida o las diferentes formas en las que cada la ha vivido hasta ahora.

La vida vivida

  1. Si no se ha hecho antes, leer lo que se refleja en esas cuatro viñetas.
  2. Por lo que dice en la cuarta, se trata del libro de “Mi vida” que se ha ido escribiendo en cada etapa de la vida. ¿Cuáles son las etapas que cada uno ha vivido? ¿En cuál se está ahora?

La vida escrita

  1. Se trata de una vida escrita: lo que hacemos va quedando, va dejando huella. ¿Cómo ha sido nuestra huella hasta ahora?
  2. Aquí podemos interpretar que de la niñez se pasa a la adultez y después a la ancianidad: no se ve la etapa de la adolescencia y juventud, que, sin embargo, son decisivas… ¿Cómo son o han sido las nuestras? ¿Cómo queremos que sea la juventud final?
  3. Recordamos, pues, nuestras etapas: escribir un fragmento (pueden ser muy pocas líneas) como si fuere un diario, en el que se refleje lo que hemos vivido en la infancia,preadolescencia, adolescencia y juventud…

La vida futura

  1. Pero lo fundamental, para jóvenes, es mirar al futuro: proyectar en el presente lo que cada una se imagina que puede ser su vida futura o, de otra forma, vivir el presente desde lo que se quiere ser en el futuro. Para ello, escribir lo que sería un fragmento (pueden ser sólo tres líneas) de un diario de la propia vida como si ya estuviera escrito en el libro de nuestra vida.
  2. Se pueden hacer seis o siete fragmentos: cada uno pertenece a una década distinta. Se empieza en la de los 20 años hasta los 80 ó 90.

 

La vida pasada

  1. El personaje va dejando huella en el libro de la vida. O al revés, lo que se ha vivido va dejando huella en el personaje: lo construye, lo hace de una forma determinada… ¿Qué ha sido lo que nos ha construido hasta ahora?
  2. ¿Qué otra huella hubiéramos querido dejar que no hemos dejado? ¿Qué otras cosas nos hubiera gustado vivir?
  3. En el texto que va dejando el adulto se puede leer: “No se podían hacer de otra manera”. ¿Qué cosas de nuestra vida no se podían hacer de otra manera? ¿Cómo las hemos integrado?
  4. En el texto que va dejando el anciano se puede leer: “Hacer lo que no pude hacer”. ¿Qué podemos llevar a cabo ahora que antes no pudimos realizar?
  5. En el texto del niño no se puede ver nada específico. ¿Pero qué nos queda a nosotros de lo vivido en la infancia?

La vida entera

  1. ¿A quién regalaríamos el libro de nuestra vida? ¿A quién hemos regalo nuestra vida?
  2. El anciano pone punto final. ¿Cuáles han sido nuestros puntos y seguidos. ¿Cuál han sido nuestros puntos y apartes (rupturas, cambios, nuevos planteamientos…? ¿Cuáles han sido nuestros puntos suspensivos (lo que nos ha quedado pendiente)? ¿Cómo y cuándo queremos que sea nuestro punto final?
  3. Centrarse en la cuarta viñeta. Cambiar o terminar la portada: mantener ese título (podía ser el título de una colección), dejar la flor si se quiere, peroponer un título  o subtítulo personal: algo que refleje lo que sería la síntesis de la propia vida, ya sea lo que se ha vivido o lo que se quiere vivir.
  4. Quizás en el libro queden algunas páginas en blanco. ¿Quién nos gustaría que las siguiera escribiendo…?

Herminio Otero

 

También te puede interesar…