Un «Belén» viviente diferente

1 diciembre 1997

Presentamos una experiencia ya conocida, un Belén viviente, pero realizada en un marco único, «a praza do Obradoiro» de Santiago de Compostela, y con la participación de chicos y chicas de diversos colegios de la ciudad. Todo ello coordinado por el Grupo de Teatro«Bosco»del Centro Xuvenil «Don Bosco» y promovido por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela.

En dicha plaza, el Ayuntamiento de Santiago instaló en un tercio de la misma una decoración que parecía un pueblo, en el cual había:

–   Una plataforma dorada para situar a los reyes  y donde los soldados romanos vigilaban.

–   El Belén con las figuras de José, María y e niño Jesús, toas ellas realizadas con escayola.

–   Tres casetas abiertas por una parte para ver lo que hacían los niños/as del Belén viviente. Estas tres casetas eran: 1/ Carpintería, con útiles y maderas de carpintería; 2/ Herrería, con útiles de ferrería; y 3/ Panadería, con bolas ya hechas y masa que se iban reponiendo cada día, dejando sobre unas mesas las ya realizadas. Otras se compraban cocidas.

–   Un río de agua, sobre el cual había un puente que comunicaba con una caseta pequeña para los pastorcillos.

–   Una huerta con cabazos y patatas, en la cual trabajaban varios campesinos.

–   Una cerca con varias ovejas, patos y gallinas. En ella había un pastorcito que cogía una oveja y la trasladaba por todo el recorrido en sentido contrario a la gente, pudiéndola tocar y acariciarla los niños/as.

 

Los personajes eran los siguientes:

–   Panaderos/as, que hacían la masa y el pan delante de la gente.

–   Herreros/Carpinteros que hacían sus trabajos

–   Soldados romanos, unos vigilaban la plataforma en la que iban a estar los reyes, otros paseaban por todo el recinto. Eran los que imponían orden dentro del recinto (solían ser los más mayores).

–   Pastorcillos que paseaban por todo el recinto. Unos cuidando a la ovejas, a los patos y a las gallinas. Otros se sentaban cerca de las figuras de José, María y el niño Jesús. Dos de ellos se ocupaban, cada 15 minutos, de pasear la oveja aludida anteriormente por todo el recinto.

–   Campesinos que trabajaban la tierra, moviendo de un lado a otro los cabazos. También eran los responsables de limpiar el camino de hierbas que arrastraba la gente.

 

Los actores del Grupo de Teatro «Bosco» estaban mezclados con los diversos personajes. Tenían que animar a sus compañeros que venían de los diferentes colegios de la ciudad. El responsable de todo el Belén viviente tenía la función de animar todo el conjunto, indicando las situaciones en las que deberían estar los personajes, así como proveer  el material necesario y resolver algunos imprevistos. A cargo del responsable había tres policías nacionales, por si surgía alguna dificultad por el público, tanto dentro como fuera del recinto.

 

El vestuario era simple, excepto el de los romanos. El resto era ropa tradicional, como si fuese la propia de la Galicia rural. El horario del Belén viviente, como se trataba de niños y niñas, oscilaba entre las tres y las cuatro horas, según fuese ese día (Navidad, Año Nuevo, Reyes), tanto por la mañana como por la tarde. La ambientación se conseguía con una sintonía navideña (villancicos,…), que junto con la actuación de los niños y niñas del Belén viviente producía una atmósfera festiva y alegre.

La experiencia fue altamente positiva, tanto para los miembros del Grupo de teatro, como para los niños y niñas de los colegios participantes. Hubo constatemente mucha gente visitando el Belén.

 

Ángel J. Fdez. Prado

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