UNAS VACACIONES DIFERENTES

1 julio 2004

Hoteles de… (las estrellas las pones tú)

 

Amigo, si tú eres de los que estás cansado de soportar verano tras verano las mismas playas, los mismos hoteles, los mismos chiringuitos…

Si tú eres de los que acabas las vacaciones más cansado de como las empezaste…

Si piensas que las vacaciones, además de servir para tostarte al sol y olvidarte de las penurias de todo el año, sirven para algo más…

Si quieres algo nuevo, algo diferente, si quieres pasar unas vacaciones únicas, sigue leyendo, ¡aquí lo encontrarás!

Sin embargo si no quieres complicarte demasiado la vida, no sigas, déjalo para otra ocasión… Tú decides…

 

Bien, amigo, has decidido seguir. Tú eres del grupo de los que se arriesgan a navegar por todos los mares antes de echar el ancla. Sigue las instrucciones:

 

► Agarra una maleta (más mochila que maleta), mete lo indispensable: ropa cómoda, algún libro, nada de música, ni“maquinitas” y a ser posible olvida el móvil.

 

► Dirígete (en autobús, en tren, a dedo…, el coche lo dejas en casa, así no tienes que pasarlo revisión y reduces gastos) a algún monasterio. Hay un buen puñado recorriendo nuestra geografía.

 

► ¡Espera, espera! No vas a ir a hacer unos ejercicios espirituales, vas a dedicarte un tiempo (el que quieras, un fin de semana, una semana…) a ti mismo… ¿O es que no te lo mereces?

 

► Respira a pleno pulmón la paz que existe entre sus paredes. Al principio seguro que te asusta el silencio, pero aguanta. El silencio te ayudará a encontrarte a ti mismo. Te conocerás mejor, revisarás tu vida y te darás cuenta cuán diferente es a como creías.

 

► Si lo deseas, Dios está libre las 24 horas del día, puedes contar con Él. Si tienes la oportunidad, habla con alguno de “los habitantes del hotel.” Podrás comprobar por ti mismo de qué manera puedes llegar a ser feliz, si dejas a Dios “entrometerse” en tu vida.

 

► Tendrás todo el tiempo para ti. Aprenderás a quererte un poco más, y te organizarás el día a ritmo de corazón, burlando de esa manera a las agujas del reloj.

 

► No encontrarás una habitación totalmente equipada, ni piscina, ni terraza, ni chiringuitos, ni mujeres en bikini, ni… bueno, todo eso que ya conoces…, pero, ¡y esto no se paga con dinero!, te encontrarás contigo mismo…

 

► Ah, amigo, se me olvidaba decirte que cuando llegues de nuevo a tu casa, al trabajo de todos los días, comprobarás qué diferente es la vida, las cosas que haces diariamente, las personas que tienes a tu alrededor, y además ¡sin síndrome posvacacional!

 

¿Qué te parece la oferta?… ¿Te apuntas?

José María Escudero

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