Locos por la televisión

1 mayo 1997

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La violencia existe en la sociedad y la televisión tiene que reflejarla, incluso la agranda, ya que los niveles de audiencia son más elevados ante las in­formaciones morbosas y que expresan la maldad de los hombres (…)

  • Actualmente:

– Sobrepasamos la media en ver televisión de cuatro horas al día, sobre todos los niños.

– Muy pobre ha de ser la familia para no tener un televisor. Se crea una cultura única y el concepto de cultura audiovisual.

– Se ha perdido la vivencia de calle, de barrio, don­de crecían los niños educados y cuidados por todos; y surge una cultura más individualista que supone el encerramiento de los niños en el hogar y poca in­teracción con las figuras familiares; surge la televi­sión como niñera electrónica.

– Las televisiones, como prueba de cambio de­mocrático, hacen gala de su libertad. Se habla de todo y se puede ver todo, que todos puedan elegir y que nada se oculte. Nadie pensó que los niños no tenían ni tienen capacidad crítica plenamente esta­blecida y les hemos quitado los avisos, los rombos, la protección.

– Las televisiones comprueban que uno de sus adeptos es el niño, así la publicidad debe incidir so­bre ellos y crear programas que fomenten su aten­ción.Los niños ven sus programas, y comprueban que el motor de todo es el dinero, el egoísmo, la satisfacción individual.

 

  • ¿Por qué en algunos niños de hoy la violencia es algo normal? Analicemos la televisión para encon­trar pistas. Sobre eso versó la investigación de lo emitido por Telemadrid, que se acompañará más adelante de estudios similares realizados al resto de cadenas.

Los resultados obtenidos nos muestran que la agresión con arma de fuego es la más habitual, ya que en uno de cada tres programas con contenido violento se manifiesta. Concuerda con estudios suecos realizados entrevistando a niños, que en­cuentran que para éste la principal causa de mor­talidad humana es recibir un disparo.

Los niños son los receptores de los programas más violentos. El mayor nivel de violencia se mani­fiesta en las películas y telefilmes, espacios visiona­dos también por los niños. Los deportes, y en con­creto el fútbol, son el segundo programa en conte­nidos de violencia.

Pero más grave es el problema de las consecuen­cias de esa violencia que ven los niños. No existen consecuencias… Lo que es aún peor, la violencia es gratificada, posee consecuencias positivas porque el agresor cumple sus objetivos.

El informe demuestra que el 9,5% de los progra­mas escenifica violencia, tanto interna de la propia cadena como de anunciantes externos. Lo que más atrae a la audiencia para que posteriormente vean un programa es anunciarlo escogiendo lo más violento, lo que implique los valores más negativos.

Los niños desarrollarán valores inadecuados. En algunos casos, corno los niños con problemas men­tales que les impida separar adecuadamente la reali­dad de la ficción, lo que ocurre es que se produce el denominado «efecto disparador», donde la televisión es fundamental para repetir una conducta; son estos niños los que, tras ver cómo un niño golpea a otro, ellos también golpean.

 

  • ¿Solución?, No es única; modificar la forma en que las familias interaccionan con sus hijos, hacer conscientes alosprofesores de su papel socializa­dor, controlar los contenidos televisivos (si al me­nos las televisiones cumplieran con la normativa existente…), criticar las imágenes televisivas que ven los niños, conseguir que nuestra sociedad no sea tan violenta… Pero al menos hemos de pedir a la televisión que sea responsable en lo que emite.

Javier Urra, defensor del menor en la

Comunidad de Madrid

«El País», 16.3.97

 

PARA HACER

 

  1.  ¿Estamos de acuerdo con lo que señala el autor. Comentar el planteamiento, los datos del informe y las soluciones que ofrece.

2.   Aplicarlo a cada uno: ¿Cómo actúa ante la televisión? ¿Qué contenidos son los que más busca? ¿Cómo le influye?

  1.  Este estudio se realizó sobre los contenidos de una semana de Telemadrid, una de las cadenas que más cuida las emisiones en este sentido. Analizar algún programa de otras cadenas para descubrir qué contenidos violentos se ofrecen.

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