La llave de Sarah

1 octubre 2011

(Elle s’appelait Sarah, 2010). Dirección: Gilles Paquet-Brenner. Guion: Joncour y Gilles Pquet-Brenner; basado en la novela de Tatiana de Rosnay. Música: Max Richter. Actores: Kristin Scott Thomas (Julia Jarmond), Mélusine Mayance (Sarah), Niels Arestrup (Jules), Frédéric Pierrot (Bertrand), Michel Duchaussoy (Edouard), Dominique Frot (Genneviève), Gisèle Casadesus (Mamé), Aidan Quinn (William).

Las secuencias de las persecuciones, las separaciones, las detenciones, las deportaciones y el maltrato a los judíos durante los años cuarenta nos han ido acompañando con el amargo sabor de lo que no tendría que haber sucedido. Bastaría recordar la premiada La lista de Schindler (1993) de Steven Spielberg o La vida es bella (1997) de Roberto Benigni, entre tantas otras.

“El argumento me cautivó por completo, la historia sobre la redada de judíos en un París ocupado por los nazis y los campos de concentración en Francia, todo visto desde un ángulo muy contemporáneo. Y, tras descubrir un inquietante secreto familiar, una periodista estadounidense afincada en Francia empieza a ver la historia de su país de adopción desde otro punto de vista, hasta el punto de que un suceso que en un principio no tenía nada que ver con ella acaba transformando su vida por completo. La historia también explora áreas difusas que muy pocas películas tratan, como la actitud de la gente corriente ante una redada, sin encasillar a nadie en los papeles de colaboradores o miembros de la resistencia. La gran mayoría guardó silencio, miró hacia otro lado e intentó salvarse a sí mismo, como los Tezac, que no hicieron nada mal y no tienen ningún sentimiento de culpa. O los Dufaure, que se convierten en héroes muy a pesar suyo. No se hace un planteamiento del bien contra el mal, están los hechos y están las consecuencias para las generaciones futuras, pero estamos a años luz de los atajos y simplificaciones más comunes. Además también tiene reminiscencias a mi propia historia familiar.” (Gilles Paquet-Brenner, director)

¿Qué novedades ofrece La llave de Sarah? No son los campos de concentración de Auschwitz ni de Dachau, sino otros espacios de los que apenas quedan vestigios en la Francia actual.

¿Qué otros elementos añade? La mirada sorprendida de una niña, Sarah, nos evoca, la que nos acompañaba en el descenso a los infiernos de La vida es bella. Un ser desvalido se ve arrojada a lugares extraños, separada de la familia, intentando salvar inútilmente al hermano encerrado, ¿adaptándose a las nuevas circunstancias que van surgiendo? Los golpes de la vida abrirán una brecha profunda en Sarah, que desembocará en el misterio y en la tragedia.

“Queríamos conseguir una película familiar, accesible y para todos los públicos, pero que llevara a la reflexión. Quería volver a los principios básicos a las formas clásicas. Y quería demostrarme a mí mismo que podía hacerlo… Al principio mi principal preocupación era cómo separar las dos épocas en que transcurre la historia y cómo contener la historia, sin perder el punto de creatividad. Pero también quería mostrar los dos mundos opuestos en los que viven Sarah y Julia: el caos de la guerra y la ocupación, en contraposición con la acomodada vida que lleva Julia. Decidí rodar todas las escenas de 1942 cámara en mano y con objetivos cortos, para estar siempre cerca de los personajes y de la acción, y entremezclarlo con escenas más líricas, como la de la fuga de Beaune-la-Rollande, para que la película respirara un poco. Para la acción del presente, opté por un enfoque más clásico, reduciendo las escenas para que todos los primeros planos y los movimientos tuvieran más significado. Intenté que el público pudiera seguir la historia sin que mi estilo directorio les distrajera de la acción. Aunque obviamente debía ser algo presente.” (Gilles Paquet-Brenner, director)

¿Algunos elementos más? La actualidad, tan aparentemente alejada de tales circunstancias, hallará claves desconocidas para comprender y comprenderse mejor.

“Soy de origen judío y los hombres de mi familia sufrieron esta época. Unos franceses delataron a mi abuelo, un músico judío alemán afincado en Francia, y murió poco después de llegar al campo de concentración. En la película le rindo un pequeño homenaje a través del violinista que tiene el anillo con veneno para poder decidir por sí mismo cuándo quiere morir. Mi madre no me contó su historia hasta que ya estábamos en la fase de preproducción de la película, y esto me hizo recordar algunas cosas. Naturalmente yo no estaba cuando deportaron a mi abuelo, pero sí vi cómo afectó a mi abuela y a mi madre y a sus hermanas. El libro me devolvió estos recuerdos, los de los vivos que deben aprender a vivir con los que han muerto.” (Gilles Paquet-Brenner)

Augusto Fernández

Pistas para la reflexión

¿A qué se refiere el título de la película? ¿Cómo condiciona la vida de la protagonista infantil? ¿Y la de otros personajes?

¿Cuál es la situación de los judíos en la Francia de 1942? ¿Qué elementos coinciden con lo presentado enLa lista de Schindler y en La vida es bella? ¿Qué novedades aporta?

¿Quiénes son los protagonistas de la historia actual? ¿Cómo se relacionan con los del pasado? ¿Cómo les van influyendo los sucesos acaecidos?

 

 

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