El gran silencio

1 marzo 2007

(Die große stille, 2005). Dirección, guión, montaje y fotografía: Philip Gröning.

  • Un lugar libre de miedos: “El cine es capaz de hablar de lo más sublime. Al principio la idea no era rodar una película sobre la vida en un monasterio sino sobre el tiempo. Fue después cuando me vino la idea del monasterio. Pero no quería hacer un típico documental informativo. Dentro de un monasterio nadie recibe ‘información’ sobre el monasterio. El monasterio es un lugar donde puedes enfrentarte a ti mismo y a tus preguntas más profundas. Eso es lo que yo he intentado hacer. Vivimos en un mundo en el que circula información por doquier pero yo creo que sobra información y lo que falta es la experiencia… Lo que me ocurrió a mí es que nunca había visto un lugar donde la gente fuera tan alegre y tan libre, donde no existía el miedo. Porque nosotros vivimos en una sociedad cuyo motor principal es el miedo. Se piensa que el motor es el deseo de los bienes materiales, pero eso no es más que una forma de esconder el miedo que hay detrás. A mí me cambió ver en la Cartuja una vida marcada, no por el miedo, sino por la confianza total en que la vida va a mejor. Creemos que podemos dar forma a nuestras vidas por nosotros mismos y que esa será la única manera de encontrar la felicidad. Ese es el motivo por el que tanta gente tiene miedo a la vida. El monasterio es un lugar libre de miedos. Uno tiene la edad que Dios le dice que tiene.” (Philip Gröning)
  • Algo diferente: Habitualmente, cuando asistimos a una proyección cinematográfica, nos resulta fácil y cómodo abandonarnos a un ritmo, a una sucesión de secuencias, a un sonido, a unos diálogos e ideas… previsibles y familiares. El gran silencio nos propone algo diferente. El aspecto documental, la larga duración, la renuncia a cualquier sonido que no nazca de la realidad filmada y a un argumento que facilite la austera representación de la vida cotidiana en el gran monasterio cartujo, nos desafía a experimentar algo extraordinario. Fascinante e inquietante para algunos. Monótono e interminable para otros. Sin que sean necesariamente los creyentes los más atraídos por la película, ni los agnósticos y ateos los más reticentes.
  • Rodar lo que observaba: “Yo nunca les di la más mínima indicación. En un monasterio no les puedes decir: «Ahora reza con más energía, por favor». Me limité a rodar lo que yo observaba: la Grande Chartreuse no imponía ningún tipo de condiciones excepto que no se utilizara luz artificial, que no se pusiera ninguna música adicional y que no se hiciera ningún comentario. Tampoco podía disponer de ningún equipo adicional, sólo podía estar yo. Estas condiciones encajaban perfectamente con mi concepto original, así que no fue ningún obstáculo para mí. Por otro lado, los únicos momentos en los que se habla, en la capilla y durante su paseo semanal, debían estar subtitulados (en total la película tiene doce subtítulos)…” (Philip Gröning).
  • Inquietudes más que creencias: Los premios de la crítica y la excelente acogida en las localidades más diversas permiten pensar que aparecen reflejadas profundas apetencias humanas.
  • Luz de siglos: “Yo no había oído hablar de Zurbarán antes de llevar mi película al Festival de Sevilla. Por tanto, el clarooscuro de mi película no trataba de imitar el estilo de Zurbarán. Lo que ocurre es que al no poder introducir luz artificial en la Cartuja sólo me quedaba la luz natural del monasterio que, en cierto modo es obra de los monjes, porque ellos construyen los monasterios de forma que la luz sólo pueda entrar de cierta manera. Zurbarán se encontró con esta luz de la misma manera que me la he encontrado yo. La belleza de esas imágenes es el fruto del trabajo de cientos de años de vida monástica hasta llegar a una forma tan perfecta de celdas, de muebles, de salas… Viven allí desde hace casi mil años y se han acostumbrado al lugar…” (Philip Gröning).

Augusto Fernández

 Pistas para la reflexión:

1.¿Conviene ofrecer la película entera o sólo algunas secuencias? ¿Cuáles elegiríamos en el segundo caso? ¿Con una preparación previa o una explicación posterior? ¿De qué tipo?

  1. ¿Qué impresión nos ha producido? ¿Por qué? ¿Qué nos ha resultado más atrayente? ¿Y descartable?
  2. ¿Qué relación mantienen las citas bíblicas se intercalan en las secuencias con el resto de la película? ¿Se corresponden con nuestra imagen de la religión y de Dios?
  3. ¿Qué tipo de vida religiosa presenta? ¿Qué otras se dan en la Iglesia? ¿Cómo favorecen a mejorar la sociedad actual?

 

También te puede interesar…

Redescubrir la ciudad vieja

[vc_row][vc_column][vc_column_text][pdf-embedder url="/wp-content/uploads/2019/06/MJ498-499-CJ-12-IDEAS.pdf"...