Los chicos del coro

1 abril 2005

(Les choristes, 2004)». Dirección: Christophe Barratier. Guión: Christophe Barratier y Philippe Lopes-Curval.

  • Origen e intenciones: Lo comenta propio director catapultado a la fama, desde el estreno en Francia, país de origen: «Después de mi cortometraje, estaba buscando algún tema para largometraje. Me di cuenta de que las notas que tomaba se referían sobre todo a mi primera infancia, a las emociones que experimenté entre los cuatro y los ocho años. Por otro lado, debido a mi formación musical, yo tenía muchas ganas de contar una historia relacionada con la música. Esos dos temas, la infancia y la música, son los que me llevaron a recordar La cage aux rossignols (Jean Dréville, 1945), una película que vi a los siete u ocho años, en 1970-1971, en una de las dos cadenas de televisión de la época, y que me emocionó profundamente. Casi olvidada, la película ha conservado sin embargo su encanto y, además, no ha sido sacralizada como una ‘obra maestra del cine francés’, lo que hacía que su adaptación fuera menos peligrosa. He mantenido sobre todo dos cosas: la emoción que despiertan las voces de los niños y el personaje del músico fracasado que a pesar de todo se esfuerza por cambiar el mundo de los que le rodean. Esto es lo que más me gusta del cine, y lo que tienen en común mis películas preferidas: ¿cómo puede contribuir un individuo a mejorar el mundo? Sé que el cine no puede cambiar las cosas, pero puede despertar las ganas de intentarlo. La enseñanza de Clément Mathieu no se limita a unas simples lecciones de música sino que es una lección de vida. En Los chicos del coro hay tres temas: la primera infancia, la música y la enseñanza». (Christophe Barratier)
  • Ambiente: El director de orquesta Pierre Morhange emprende un viaje al recibir la noticia de la muerte de su madre. Será la ocasión para leer las páginas del diario de su antiguo profesor Clément Mathieu, que lo ayudó durante los difíciles años de internamiento en un duro centro escolar: «Quería conseguir un ambiente que fuera austero y casi amenazador, que la emoción prevaleciera sobre el realismo. Yo quería mostrar un edificio exageradamente grande, inhóspito, porque esa sensación podía despertar en un niño para el que todo es más grande, más impresionante que la realidad. La elección de este tipo de decorados se vio reforzada, además, visualmente por la elección de filmar en Scope para resaltar el aislamiento y la sensación de aplastamiento de las pequeñas siluetas infantiles en medio de este decorado. Hacía falta prever cierta amplitud de plano panorámico para poder filmar el decorado principal, el aula, en su integridad. Por otra parte, me gusta mucho un estilo procedente del lenguaje musical, el legato, es decir, ligado, fluido, más que un estilo fragmentado. De ahí que haya relativamente pocos planos pero contravellings, panorámicas, fundidos encadenados y fondos a negro. Además, quería que los enlaces entre cada escena fueran elegantes, sobre todo en los pasajes cantados, que funcionan con una serie de imágenes que se suceden según un cierto ritmo musical. Había que dar al espectador el sentido del paso del tiempo gracias a la evolución musical del coro». (Ch. Barratier)
  • Tiempo: Francia, 1949, en un ambiente de posguerra y penuria, muy poco favorable para los experimentos pedagógicos. «Proyectarse en el pasado permite escapar de las contingencias de la actualidad para concentrarse en lo más universal: el sentimiento de injusticia y de abandono en un niño cuyos padres están ausentes o han desaparecido, y la rebelión o la inhibición que genera. Con independencia del origen social de los niños que he elegido para la película, desde el momento en que se vistieron con la ropa de la época ya no fueron nada más que niños con los mismos miedos, los mismos deseos y las mismas penas». (Ch. Barratier)
  • Educadores: Clément Mathieu, el nuevo profesor, ha llegado ya la edad madura y su aspecto no inspira un excesivo respeto. Tampoco sus gestos, ni su comportamiento, como le reprocha el severo directorRachin, habituado al efecto «acción, reacción”. La incomprensión y el choque serán inevitables entre ambos educadores. La figura de Clément Mathieu, especialmente en el modo de impartir las clases y acercarse a los alumnos, puede recordar a John Keating en El club de los poetas muertos (1989), de PeterWeir. Y el descubrimiento de la música para interesar a un grupo hostil o indiferente, recuerda lo que ya hiciera el sacerdote jesuita Gabriel en La misión (1986), de Roland Joffé: la atención y la escucha que permitan el diálogo posterior.

Augusto Fernández

  Pistas de reflexión

  1. ¿Cómo refleja a película alcanza los objetivos del director: reflejar los recuerdos infantiles, la labor educativa eficaz, la influencia de la música y una mejora en el comportamiento humano? ¿Cuál destaca? ¿En qué personajes?
  2. ¿Qué elementos educativos comunes observamos en Adiós, muchachos (Luis Malle, 1987), El club de los poetas muertos, La misión y Los chicos del coro«. ¿Qué problemas, estrategias y objetivos educativos se dan en cada una? ¿Cuáles nos parecen los más importantes? ¿Y los más eficaces?
  3. ¿En qué se contraponen el director Rachin y Clément Mathieu como personas y educadores? ¿Qué opinan el uno del otro? Intenta escribir unas cartas en las que plasmen lo que entienden por alumnos y el papel que corresponde a los profesores. ¿Quién es más convincente?
  4. ¿Qué aprenden los alumnos con Clément Mathieu? ¿Y él con ellos? ¿Qué encuentran en las clases de música? ¿Quién es el más beneficiado en esta relación?

 PARA HACER

  1. Haced una lista de todo lo que se dice en la canción. ¿Con qué estáis de acuerdo? ¿Con qué no? Poned ejemplos que lo demuestren. ¿Qué cosas os han pasado que dan la razón a esas afirmaciones?
  2. “Dicen y no saben lo que dicen”. ¿Qué personas o instituciones hablan sin saber lo que dicen? ¿Por qué? ¿Qué les diríais…? Probad a escribidles. O al menos representad lo que les diríais y cómo imagináis su respuesta…
  3. ¿Quién dice que venimos a la vida a sufrir…? ¿Qué pensáis vosotros de esa afirmación?
  4. Buscad refranes y proverbios que den la razón a alguna de las afirmaciones de la letra de la canción. Buscad -por ejemplo en un buscador de Internet- qué era en la Biblia “literatura sapiencial” y en qué libros sale. ¿Veis coincidencias con la canción? ¿Qué os sugieren?
  5. Buscad quién dijo esta frase y cuándo: “¿Dices eso por ti mismo o te lo han dicho otros de mí…?” Y vosotros, ¿qué decís por vosotros mismos y qué repetís porque se lo habéis oído a otros…?

 

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